La casa-árbol

Desnudo el árbol de mi casa con la hoja multicolor

del ensueño, y no hay laberinto, ni espejo ni red,

solo un tatuaje en la piel donde las historias son fruto

perenne, raíz que ancla su singladura en mi corazón

como un aro de luz que recorriese la sangre sin atavío

de la vejez, aquella claridad que nunca llegaba al azogue,

el lento devenir de la música en mis oídos que recogían

como en grácil cuenco de manos las letras y la armonía

de una canción de amor, las voces de las niñas, el viento

musculoso bailando con el cristal la sinfonía impetuosa

del aguacero, y todo en mí: las grecas del piso, la pared

granulada, los muebles de caoba, los cuadros sin firmar,

las fotografías antiguas, el cristo doliente en la cruz...

y la habitación de infancia como si en el alma un hogar

eterno palpitara conmigo bajo la nítida voz de la memoria.

 

Me ha gustado mucho tu poema, tiene alma y corazón escondidos bajo las imágenes poéticas. Saludos poéticos Amarilys

 

La línea que cito es el resumen perfectamente diseñado para explicar esa dulce nostalgia que a veces nos invade y nos conduce a determinados momentos que son poemas aunque se escriban.
Leerte siempre es un momento agradable, es acordarme de que todavía queda belleza y talento en este portal.
Muy feliz media semana, fue un gusto volver a encontrar tus letras.

 

Gracias, Cecilya, por haberte detenido aquí para comentar tan amablemente este poema. Un abrazo.