Elixir

Contemplo la tristeza de la tarde
cuando camina lenta hacia su ocaso;
me abandonan las fuerzas, soy cobarde,

al punto, la aflicción me sale al paso.
Ni me atrevo a lanzar una andanada
contra el destino, contra mi fracaso.

Ya desistí, de lucha estoy cansada
y ha llegado el momento de partir,
cuando caiga la noche, sosegada,
beberé de la muerte el elixir.





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Qué triste pero qué bonita te ha quedado esta crepuscular, se va sin lastimar a nadie ¿ves?

 

Las crepusculares son tristes per se. No está en mi intención ir lastimando al personal... pero si voy con el tridente en ristre y alguno se me cruza, pues no es culpa mía.

 

¿No me digas que es pesimista? No lo había notado. Yo creía que era La alegría de la huerta.
Gracias por pasar, Luis.
Un saludo.

 

Yo te devolvería una fuerza de las que te han abandonado para preservar la gramaticalidad.

 

Ummmh... ¿Estás tratando de decirme algo con tu proverbial sutileza?
Vale, vale. Las fuerzas me volvieron.
Gracias.