Hay un pájaro

Hay un pájaro solitario
que todas las mañanas,
me visita, a la misma hora,
cuando el alba empieza a clarear.
Golpea el cristal con sus alas,
como si no supiera
que llevo el día entero
esperando verlo llegar.
Con un gesto amable le abro la casa,
me sobra hueco en una silla vacía,
y le invito a pasar.
Pero prefiere el aire,
la baranda, su paisaje;
bajo la calma del sol
me canta un poco,
y luego, con la brisa, se va.
Me recuerda a alguien
que me desvelaba al anochecer
y dejaba su sombra en la almohada.
Hay un pájaro en mi ventana
que me mira como si no quisiera mirarme
y me suelta plumas en el alma.
Cuando no viene,
me asomo a la calle
a buscarlo entre las migajas,
y me pregunto
si sueña con hallarme,
o si se habrá olvidado de cómo llegar.
Me recuerda a alguien
que se olvidó de volver,
y un día, sin adiós, ni miradas
se perdió por los caminos del aire,
y ahora en mi balcón, al amanecer,
el silencio abre sus alas.

 

Un bello poema para expresar esa soledad que nos ronda después que hemos quedado solos sin la persona que tanto amábamos ...me gustó la manera como tejes el pensamiento con imágenes para dar enfasis al final ....un placer pasar por tus excelentes versos estimado AnonimamebteYo .

 

"Es cierto, la soledad siempre deja espacio para los pensamientos no dichos. Gracias por leer y por tu reflexión."

A veces la soledad se posa en los versos sin que uno la llame. Un placer que pasaras por aquí, gracias por tus palabras."

 

Las aves tienen mucho de ángeles en el sentido real de la palabra.
Son verdaderos mensajeros que conectan emociones muy cercanas al corazón.
Es un poema realmente hermoso.
Fue un gusto volver a encontrar tus letras.
Un abrazo.

 

La música es buena compañía, aunque es cierto que la soledad a veces puede parecer infinita, no lo es. Abre la ventana y verás como el aire fresco ayuda a que alguien pueda sentarse en la silla vacía.

Saludos

 

Es un muy bello poema que reflejan tristeza y soledad con una dulce cadencia.
Fue un placer leer tu obra Paco.
Un gran abrazo.

 

Qué lindo asomarse a ver la tristeza ajena, porque cuando es uno quien se truena los dedos haciendo marcha en la alcoba y asomando cada minuto a la calle, desearía ser uno el espectador o en todo caso el ausente. Hermoso escrito, saludos desde mi turbio lago.

 

Gracias por pasaros y dejaros tan amables palabras
es un placer leer vuestros comentarios
sin más, feliz fin de semana
Un abrazoT