Me fui derramando esferas.

Me fui derramando esferas,
se rompieron en el suelo.
No sé por qué siento duelo,
si yo no sufro, de veras.

El desierto en sus laderas
me da espacio para el vuelo
y volar me da consuelo
redoblando mis esperas.

Ya no he mirado tus ojos,
tu voz ya no me ha preñado
de alegrías y sonrojos.

Se que no me has engañado,
más extraño tus arrojos,
tu besar apasionado.​

 

Vuestro, personal romanticismo, ciertamente es todo un logro.
Cordialmente:

 

El desierto en sus laderas
me da espacio para el vuelo
y volar me da consuelo
redoblando mis esperas.
Qué maravillas de versos. Qué deleite para los ojos, qué excelencia para los sentidos.
Felicidades, un abrazo con la pluma del alma

 

Magnifico soneto enamorado, mi apreciada Luciana
Tiene ciertas imágenes de una fugaz melancolía
Gracias por compartir, mi apreciada poetisa
Te mando una rosa envuelta en un cálido abrazo

 

Gracias, Iván, por tu amable comentario. Un abrazo.

 

Preciosos los dos primeros versos de entrada al poema. El amor es frágil como el cristal a veces. JJ. O duro como roca. Apegado a todas las fibras del cuerpo.

Encantada de seguir leyéndola Luciana.

Con aprecio:
Maca

 

José eres muy amable en comentar, muchas gracias. Un abrazo.