Lejanas pinceladas de erotismo (dodecasílabos)

Iba cada tarde por verle llegar,
su fornido cuerpo de marino rudo,
el sol que besaba su torso desnudo
perlado de gotas de sudor y mar.

Su sola mirada me hacía temblar,
hubo entre nosotros un lenguaje mudo,
nos ató el deseo con estrecho nudo
y en su azul intenso yo quise volar.

Y fui la gaviota que le acompañaba,
el sol que lamía su curtida piel,
la gota de mar que se desplazaba

por su ardiente boca buscando un vergel.
No le dije nunca lo mucho que amaba
las tardes aquellas soñando con él.​

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jajaja Tan lejanas pinceladas que casi no encuentro los pinceles, no sabía si los había dejado en el sótano o en la buhardilla.
Un abrazo querida Lucina. Gracias por tu siempre atenta lectura y por tu simpático comentario.

 

Vicente, qué suerte tu preciada huella en este espacio. Si, nos une el mar, ese poderoso inspirador que invita a a zambullirse en sus aguas para tocar su corazón azúl y a navegar, rumbo a nuevos horizontes. Gracias de nuevo por tu estimada presencia.
Abrazo.
Isabel

 

Gracias Maroc, por tu lectura y generosa huella.
Saludos.
Isabel

 

Hola, qué bueno volver a encontrar tus certeros comentarios, Sergio. Contigo estos encuentros simpre son afortunados. Gracias
Un beso
Isabel

 

Menos mal que son lejanas las pinceladas, si llegan a ser recientes...
Me ha gustado mucho tu soneto preciada amiga. Mis felicitaciones.
Cordial saludo

 

Ay, no, jajaja... que el corazón no anda ya para emociones fuertes.
Gracias, Luis, por tu simpática y generosa huella. Una alegría tu paso por este rincón.
Un cordial saludo.
Isabel

 

Hola Gustavo, jajaja.. es algo así como" lo que el viento se llevó". Mirando al pasado, uno termina por caerse de narices en el presente. En el otoño de la vida, revivimos recuerdos, y muchos dicen que hasta pueden ser inventanos.
Un abrazo muy cordial.
Isabel