Tercetos encadenados

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No parece un terceto tan corriente
el de Master, difícil de entender;
poesía compleja, ambivalente.

 

El silencio rimó al reverdecer
su incontrolable inspiración, y al hilo
engalanó sin vacilar ayer.​

 

Resulta que es cuestión solo de estilo
moverse por la vida sin ambages,
mostrar que ante el insulto no vacilo.

 

Yo me quedo esperando que barajes
las cartas que la suerte nos depara
ajustando ilusión por porcentajes.​

 

Si tan solo esquivara
tus saetas untadas con veneno
te vería quizás en forma clara.​

 

Con tu saeta inyectas desenfreno,
una borrosa imagen del placer,
la quimera que linda con lo obseno.

 

¿Porqué han de hacerme necios parecer
lo que no soy, nunca seré, ni fui ?
Mi diario ser, mañana y mi ayer.

 

Quiero ser colibrí,
libador de romances por doquier.
Tal vez así me olvidaré de ti.​

 

Me gustan las palabras "por doquier"
con su aire quijotesco que amotina
las alas de la Mancha sin querer.

 

Hoy mi pluma no atina
a plasmar una estrofa de gran lírica.
Sospecho que mi musa está en la ruina.
​

Complicada, pero hay cinco o seis buenas palabras que riman con "-írica".

 

Una cuestión digamos que satírica,
está en sueños tu musa en este instante
puede que sea solo enferma vírica.

 

Es mi musa, pedante
caprichosa y difícil de aguantar.
Ya no puedo lidiar con la arrogante.​

 

Siempre quiero llorar
cuando leo novelas de romance.
Amores que naufragan en la mar.​

 

Que te dejan en trance
con licores añejos en espacios
de fantasía sin ningún percance.

 

Me gustan los topacios,
los rubíes y piedras muy lucientes
cuando en sedas adornan los espacios.​

 

Sus ojos eran perlas relucientes
del más negro azabache imaginable
hacían temblequear hasta los dientes.

 

Observa al tragasable:
ni florete, puñal o cimitarra
se escapan, a pesar del tono afable.​

 

Aunque rimar así no es valorable,
afirman los principios de este Foro,
propongo una ovación al respetable.

 

La airada audiencia grita en desaforo,
con improperios dignos de Mefisto,
al escuchar el destemplado coro.​

 

En escribir insisto
aunque nadie me aplauda por hacerlo,
no me importa, pues yo no lo resisto.​

 

¿Y a aquel bufón? ¡Ni verlo!
Cuando a tiempo no toma su pastilla,
a cordura imposible convencerlo.​

 

Esto es una charada:
¿quién escribió, “el que peca por la paga…”
Hízola este retruécano adorada.​

 

Tengo en mi mano diestra una gran llaga
de buscar en el Drae los vocablos.
Retruécano es preciosa aunque no lo haga.

 

Pecadores y diablos
de magia negra, bruja y sanadora
les temían; emblema de retablos

y altares, poetisa innovadora,
enseñante: Sor Juana Inés, fue ella.
“De la Cruz”, fue también como escritora.​

 

Por Sor Juana, un retruécano brotó:
¿El sujeto que escribe por hastío
o el que, escribiendo, hastió?​

Ese es un retruécano que se me ocurrió en "mi vida anterior" en el portal. Crearlos es un buen ejercicio mental. Creo que de tanto en tanto, soy ambos sujetos.