¡Más maderaaa!

Te despedimos con duelo,
en esta ofrenda crüenta.
Espero que estés contenta
al notarnos sin consuelo.

Uno amante, otro marido
y ambos, corazón partido,
jugándose en una espada
quizá mucho, quizá nada.
Mas muy poco es el honor
si no me vale un amor
y mi sangre derramada.

 

¿Qué dejó tu copa rota?
un buen montón de cristales
como afilados puñales
que marcaron mi derrota.
En ellos mi pie rebota
sobre el suelo del salón,
tuve que usar escobón
y limpiar mi sangre roja.
Menos mal que se le antoja
la vajilla de Amazón.

 

La vajilla de Amazón
rompiste en un exabrupto
y me gritaste, "¡corrupto,
viejo verde mandilón!"
Aprovecho la ocasión
para sin pena decirte
que soy verde por no oírte
y mirón por el buen ojo
que nada tiene de flojo;
venia no voy a pedirte.

 

Se amontonan las fisuras
que la duda te provoca.
Te creías una roca,
conocimiento, mesuras,
modales y composturas
te controlaban la vida.
Pero se dio la partida
de locuras y pasiones
y hoy disfrutas a montones
con el alma renacida.

 

Con el alma renacida
me siento en este momento,
y me encuentro muy contento
junto al amor de mi vida.
Ahora tiene cabida
esa frase tan hermosa
que en mi corazón se posa
aunque sea lugar común;
de que el amor es aún
una cosa esplendorosa.

 

Una cosa esplendorosa
me ha pasado hoy en la calle;
ha tenido el gran detalle
Ceferina la rumbosa
de decirme muy melosa
que me espera a media noche
para que la lleve en coche
al lugar maravilloso
en el que encuentra reposo
sin tensiones ni reproche.

 

Sin tensiones ni reproche
armo dos grandes valijas.
Voy a llevarme a las hijas
mientras tú, a trochemoche,
disfrutas de tu derroche
de locuras y ambición.
Sé que como buen varón
te perdonaré ese exceso.
Cuando recobres el seso
se encauzará el corazón.

 

Se encauzará el corazón
después de triste aventura
dejaste la mordedura
que me causa desazón
he perdido la razón.
El sentimiento profundo
que alguna vez fue un arrullo
hoy me lacera el orgullo.
En esos mares yo me hundo,
no te olvido ni un segundo.

 

Como gozo delicioso
(pues hay gozos agridulces)
el alma en pleno me fulces
con tu don maravilloso.
Recordaré el mes hemoso,
un mes de amor y de mar,
el sol y tu caminar
con el porte de una diosa
sobre esa arena preciosa
que engalanaba tu andar.

 

Que engalanaba tu andar
tu calzado de princesa
no me causa ya sorpresa
ni me crea malestar.
Te compraste ayer el par
que hoy luces por la avenida
ajena a la despedida
que supone este paseo,
al mirar la cuenta veo
que se aplicó mi medida.

 

¡Vete ya con mi saludo!
pero sin mi visto bueno
si a empollar en nido ajeno
te vas, como un pelotudo.
Ese tipo es macanudo
mas nunca si lo provocas.
Ha destrozado más bocas
que el gran Mohamed Alí;
y conste que te advertí:
a su mujer no la tocas.

 

En puños de poseído,
y viendo plana la luna,
por desgracia o por fortuna
alguna vez he caído.
Yo la culpa no he tenido,
pues todo fue de rebote;
al llevar el mismo mote
que el que le puso los cuernos
descendí hasta los infiernos
con gran dolor de cogote.



​

 

Con gran dolor de cogote
por llamar a puerta ajena
puedes salir y con pena
tras recibir el azote.
Pero que este caso dote
de un dolor que le recorra
por debajo de la gorra
muy claro yo no lo veo
y no sé si me lo creo
en uno de Calahorra.

 

En uno de Calahorra
que nos cuenta sus historias
de peculiares memorias
se cree sin verlo porra.
Para qué buscar camorra,
la vida es corta, señores.
Mejor lancémonos flores
aunque de aroma dudoso.
El anciano y el mocoso
deben evitar fragores.

 

Deben evitar fragores
por culpa de esa persona
que sin querer nos entona
y nos causa mal de amores.
Es hora de perdedores
y de aceptar el destino
cambiando nuestro camino
aunque respirar nos duela
y rompamos nuestra suela
por un escarpado andino.

 

Son sus guías asombrosas
la fina lectura astral,
la brújula y un bestial
culto a las Islas Brumosas
que lo observaron, curiosas,
nacer con alma marina.
Es del tipo que camina
luego de saber nadar.
Por eso ha surcado el mar
desde aquí y hasta la China.

 

Es lo que muchos notaron
al ver a otros marineros
en aquellos derroteros,
pues apenas se aclararon
cuando entre todos hablaron
en diferentes lenguajes.
Mas cambiaron equipajes
gracias de nuevo a la mímica,
que produce buena química
en todos, todos los viajes.


​

 

En todos, todos los viajes
que completé por el mundo
un deleite tremebundo
menguó el peso de equipajes.
Hubo que pagar peajes
y hasta extrañas compañías.
Mas fueron las alegrías
de descubrir el encanto
de haber aprendido tanto
lo que ornaron esos días.

 

De contar lo recorrido
no me canso como necia
me gustó el viaje a Venecia
y algo más he conocido
y con algunos coincido
en su bella arquitectura
que es de origen bizantina
es medieval y divina
es gótica su estructura
maravilla de hermosura.

 

Maravilla de hermosura
son los versos de Machado,
poeta que fué exiliado
por la guerra y su locura.
Habría la dictadura,
sin que temblara su mano,
al pobre republicano
puesto en sus rimas cadenas
y en sus libros las condenas
aunque resultara en vano.