Mascarilla (ovillejo)

Casi me causa dolor,
amor,
que los labios sigan presos
sin besos.
Este bozal nos recluye,
no fluye.

Me lo quito y se diluye
entre los dos la distancia,
que nuestra privada estancia,
amor, sin besos no fluye.

 

Extraordinario y muy actual. Me ha gustado mucho.Una rima excelente. Enhorabuena. Bernardo de Valbuena

 

Impresionante ovillejo, real, profundo y triste, porque está pandemia nos ha alejado de nuestros seres queridos. Felicitaciones Alonso por está maravillosa poesía, saludos Daniel

 

Excelente tu ovillejo con un tema muy actual, que desgraciadamente
nos ha quitado la emoción y calidez de los besos. Me encantó leerte
cielo, gracias por compartirlo en el foro. Besitos cariñosos apretados
en tus mejillas.

 

No sé lo que me pasa que los ovillejos me salen solos. Es tomar un café, con aditivos, y se me llenan los papeles. Tendré que controlarme.
Ya sin bromas, muchas gracias, Bernardo, y encantado con tu presencia y por tu comentario.
Un abrazo.

 

Ahí te doy la razón; maestro de podas y recolección de naranjas. De algo hay que vivir para seguir con este vicio tan nuestro que es la escritura.
Un gran abrazo, Malco, compañero de vicios.

 

No me acostumbro a la mascarilla, aunque me la pongo siempre que salgo de casa... pero en casa a respirar y lo que se tercie.

 

Y tanto que nos ha alejado. Nosotros que somos de ver, de tocar, de besar, de abrazarse. Nos aumentaron las distancias, pero no hay mal que cien años dure, dice el refranero, ni cuerpo que lo resista. Vendrán tiempos mejores.

Un abrazote, Daniel, sin distancias ni mascarillas.

 

Se nota buen oficio en este ovillejo que me ha encantado. Un abrazo.

 

Hay que re inventarse. Apuesto a que algún grande propondrá una fórmula.
Seguritamente.
Un abrazo, Alonso.

 

Genial!
Abrazo.

 

A mí esto de la mascarilla me ha resultado beneficioso: me tapa los dientes chuecos y la probóscide que la ingrata Natura me dio para respirar y eclipsarme el rostro. Sin embargo, siempre llega el penoso momento de tener que retirarlo y es peor que quedar en cueros. Por otro lado, en los austeros e inevitables recorridos por la calle, uno quiere ser bueno y fijarse solo en las sonrisas que pasan, pero al toparse con estas homogéneas y repetitivas barreras, los ojos se caen de esa latitud... ¡y es una calurosa primavera, mi hermano!
Se deja disfrutar tu ingenioso ovillejo y me da mucho gusto encontrarte por aquí. Te dejo mi fraternal abrazo, cuatachón del alma.

 

Una razón más para detestar esta pesada mascarilla, que casi todos los días olvido poner, hasta que llego al portal y tengo que dar la vuelta. Un divertido y real ovillejo. Mis felicitaciones. Un abrazo.

 

Ya nos acostumbramos a utilizarla en la calle; pero de puertas adentro nada; para lo bueno y lo malo... y para lo mejor.
Muchas gracias, Ana, y esperemos que pase pronto este alejamiento por orden gubernamental y para bien de todos.
Un gran abrazo vía telemática.

 

Muy agradecido, Ra°°°... Penabad, y un abrazo desde este confinamiento que no influye para nada dentro de casa y en privado.

 

Je, je, en nuestra empresa inventaron unas pantallas de metacrilato, pero se enganchaba en los árboles y dejamos de utilizarlas. Por lo demás, normalidad absoluta cuando trabajas entre naranjos.
Si hay que reinventarse, me tomaré unos días para pensarlo

Un abrazo, Good...

 

Muy agradecido, Ángel. Ya te veo con la mascarilla puesta; es lo que hay.

Un abrazo.

 

Espero y confío que pronto volvamos a la normalidad... más que todo por los amigos y familiares y los espacios que tanto tiempo compartimos y que no dudo que seguiremos compartiendo.

Un abrazo compañero.

 

Llegó la primavera y nos encontró enmascarados; ya me costaba reconocer a las personas por la cara, he tenido que agudizar el sentido del oído.
Oye, pues yo te veo muy bien sin mascarilla, tal cual. En mi caso sigue resaltando la nariz tipo Cyrano de Bergerac incluso bajo la tela, je je.
Muchas gracias, amigo Pedro, por allegarte a este ejercicio con entretenimiento de por medio.

Un gran, gran abrazo.

 

Yo suelo llevar una en cada bolsillo y otra en la guantera del coche... por si acaso.
Muy agradecido, Luis por esa sonrisa cómplice.

Un abrazo.

 

Brillante y excelente poema.

El amor se ve de muchos ángulos según el ser yo soy bastante sentimental y emotivo cursi jeje.
Pero hay seres que van desde la razón y lo intelectual y no resta en nada la perspectiva porque el amor es desde lo más profundo. Esto es de ese cause de lo profundo.
Y como comenté en otro poema Dios le dio el milagro a una mujer por mi experiencia de tocar a mi vida desde lo profundo de eso ya hace diez años.
Milagros de la vida o cosas de Dios.

Encantado de leerte apreciado compañero poeta intelectual y racional Alonso Vicent.

 

Muchas gracias, amigo Roman.
En casa, y en la mejor de las compañías, sobran mascarillas o rejas para las emociones.
Volverá esa mujer que dices, u otra, y sobrarán las distancias y tal vez la pandemia sea de amor y de sentimiento. Esa es la mejor pandemia.

Un abrazote, Roman, en este momento de volver a los teclados.

 

Sin duda que los besos, son la máxima expresión del amor .
Buen ovillejo , Alonso .
Abrazo hasta allá.

 

Muy agradecido, Elba, que en la expresión cobran valor los besos.
Cuando esto acabe, habrá que ponerse al día con besos y abrazos.

Un abrazote virtual de momento.

 

¡¡¡Fantástico ovillejo Vicent!!! me has hecho reir un rato. A ver cuando podemos deshacernos de ella y recuperamos la expresividad y que todo fluya. Me ha encantado. Bueno chavalote hasta muy pronto y a disfrutar esta primavera lo que se pueda.
Besos y abrazos para todos, incluida la Paulonia

 

Cortitas letras
Un placer leerlas
Gracias por ponelar en mi camino
Un saludo

 

Tiene efecto prolongado y su amplio espectro nos conduce a la misma sensación.
Pero nada es terno y nos tendremos que armar de paciencia, llegará el momento de acortar la distancia. De por sí, ya odio la mascarilla y al mismo tiempo, es parte de mis días....
Me gusta tu propuesta Alonso
Un abrazo hasta tu espacio de letras.
Camelia