Mi niÑa blanca

Aquí en medio de la soledad,
bajo la clara oscuridad de la luna,
en ente frío otoñal te espero,
larga ha sido la espera

Aquí, entre nubes de incienso,
aroma fino de veladoras encendidas,
caminos de cempasúchil y maíz
mi niña blanca siempre etérea.

Aquí desde hace un año, por fin llegas
envuelta entre incienso y copal
aquí siempre aquí mi niña blanca
devuélveme la paz perdida.

Extiende ese tu manto sacro sobre mí
enciérrame en el sueño eterno de paz
llévame contigo a ese lugar deseado
y poco soñado y poco anhelado.

Mi niña blanca, muéstrame ese sitio
donde no hay dolor, donde no se sufre,
donde el canto del pájaro se oye cerca
donde el colibrí se deja alcanzar
donde no hay luz, donde no hay oscuridad.

Flor de aroma gélido aquí te espero
como cada año, hasta que decidas
ser mi compañera eterna, con tu llanto
riega mi rostro, mis manos, mis ojos
para mirarte a través del éter

Mi niña blanca, no te olvides de mí
durante esta larga espera, no me olvides
mientras, arrúllame en tu regazo,
déjame disfrutar el sueño imperecedero,
aunque sea un momento.

Niña mi niña blanca, incorpórea como mi sombra
incrústate en mi ser, clava la hoja de tu hoz
sobre mi cuello, y deponme a descansar
mientras la luz se extingue…

 

Bellos y oscuros versos,
la muerte es el principio del camino...
Saludos y estrellas.

 

Muy lindo tu texto...

Saludos paisano.