Lamento de un padre.

¡Sufro! Porque… las semillas que
sembré ya brotaron y no están con migo,
¡lloro! Porque… la tierra fértil donde
hice mi jardín se fue.

¡Estoy solo! y pienso si mis niños me recuerdan,
¡lloro! por no poder besar los labios que amo
y ese dolor no me deja dormir.

Siento un vacío sin fin, estoy solo con migo
y la compañía del olvido vuelven grises mis
sueños.

Quiero regresar al campo que cultive con mis manos,
seguir cuidando de el y ver a mis hijos crecer.​

 

Un Poema Cadencioso Y Emotivo, Nitido, Y Fulgente De Sinceridad,
Resulta Un Recorrido De Armonia Melancolica , De Trazos Sencillos Pero Nutridos De Alma, Alma Que Escurre En Los Rincones De Cada Grafema Y Retrata Los Increpantes Momentos Que Aborda El Desconsuelo..
Loor! Por Las Lineas Y Aquello Que No Se Escribio...

 

Muy bonito poema. Describe el momento en que los hijos se van y la soledad que sienten cuando ésto ocurre. Ya me tocó probar de ese dolor... y la verdad, hay padres buenos a quienes sus hijos olvidan, abandonan y descuidan, por estar muy entretenidos con sus nuevos destinos y familias... una carta, una llamada, un email, viniendo de un hijo vale mucho... y hay hijos que ni éso.

carlos