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Romance de Mara

Tema en 'Fantásticos, terror, ciencia ficción...' comenzado por carlos lopez dzur, 11 de Abril de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 917

  1. carlos lopez dzur

    carlos lopez dzur Poeta que considera el portal su segunda casa

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    ... y salieron al desierto de Shur y anduvieron
    tres días por el desierto sin hallar agua y llegaron
    a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara,
    porque eran amargas: Exodo


    Los que no cosechan del árbol del poema,
    pero tampoco alimentan su raíz,
    preguntaron con enojo:
    «¿Qué nos endulzará la boca?»

    Como leña en lajas, ulcerantes de encono,
    quitaron las hojas y las cortezas
    a los textos de su piel, al tronco cancionero.

    Derribaron los cimientos de sí,
    incrédulos del misterio doloroso
    que el poeta conjura del penacho a la raíz.
    Preguntaron: «¿Qué beberemos?»

    Confesaron su odio por los bosques
    del léxico y quemaron los versos
    escritos en rollos de vitela
    y maldijeron al vitoco
    (Consolador, hijo de Consoladores)
    y la promesa informada por él,
    el valle del frondoso lirismo.

    ... porque él se vistió de árbol
    y fue proclamado vasallo de signo servicio
    por oyentes que le vieron besar
    la flor de la metáfora y escribír
    el Pacto Vegetal de su decoro.

    Sin embargo, los hijos de Tritón
    a las peñas pedían sus caracolas
    porque, en su corazones,
    fornicaban con ídolos de arena, diciendo:

    «No hay vida en la símil ni dulce amina
    en las frases del Consolador».

    Y llamaron al poeta mentiroso,
    payaso, anti-héroe, vitoco
    y pachotero, camino al tercer día.

    Y el poeta persistió en la siembra
    de su asombro, con savia fluyente
    y con saliva de sus ríos profundos
    entre cicatrices de los sequedales.

    2.

    Lo tenían en yugo, amarrado de los pies
    y a él, en pese a lo tundido, por ironía...
    a más patadas... ¡más versos!
    porque él funciona con espíritu
    más fuerte que el dolor y la necesidad,
    y aún su lengua, que fue arrancada de cuajo
    para enmudecerlo, innecesaria fue
    para invocar las arboledas
    con la química del alba.

    El tiene treinta atalayas de pan
    en las costillas y tres cuerpos
    de Visnú para llegar al final
    del tercer día, con su canción
    triunfante de alimento...

    «¿Qué beberemos?», insistieron
    los tritones, habitantes de las grutas
    del nitrógeno, al mirarlo sin morir
    por los senderos quemantes de Shur.

    Contrario a él, ellos
    sin la fe hidrosoluble del vino,
    o la chupadera láctea del calcio.
    De pronto, con ponzoña vengadora,
    la Culebra del Desierto los detuvo
    como a cañas flacas de abandono.
    Señaló hacia una laguna,
    hediente y dijo:

    «¡Bebed de Mara, bebed
    y temblad, zoófagos, hijos de coníferas,
    zooides del zooblasto, y malditas sean
    otra vez estas aguas, maldito
    el fósil zoógeno de los corales
    y los senderos calizos
    de vuestros párpados y uñetas
    que escarban la tierra con fatiga,
    porque éste es el último oasis!»

    3.

    Y según lo maldecía, en pánico,
    se comían sus excrementos.
    Excepto él, el vitoco, objeto de maltrato
    y llamado poeta de los árboles
    y las aguas amargas.

    Entonces, este sátiro poeta
    sacó voz del ronco viento y semillas
    de algún artificio del trigo
    y flores de alguna espiga
    de la maravilla...

    ¡A la vista de todos! nacieron
    almendros, dátiles y manzanos,
    como si se legislara la dulzura
    escondida con su voz.

    Fue que el poeta clamó
    a los treinta señores de sus huesos
    (a palos azotados por la multitud)
    y decía: «Sácialos de carotina,
    Endulzador de las Alquimias,
    para que vean más allá
    de sus raseros xenoftálmicos
    al bacalao pudrido de sus bocas,
    su livor suplantador, dentro del alma,
    sus fingimientos cárdenos».

    «Flúyelos sobre las aguas endulzadas
    para que conozcan las ovas de la miel
    y la leche verdadera, deva del azúcar
    y el grano, redentor de litoclasas,
    quebrador de rocas; hártalos ahora
    de tiamina, ya que son pobres de Shur
    y jamás se alimentaron de cereales
    ni sutilezas del génesis en platos
    de estrofas limpias
    y páginas de harina».

    En las blandas arcillas del futuro,
    el poema es salud de la carne
    y con leche se cocina el hueso
    y con amor se vive en el verso
    que es dulce a los pámpanos
    de la vid agria del desierto.

    «Sumérgelos de hocico
    en la riboflavina, en la franja
    anaranjada que lava comisuras
    de labios secos y partidos
    y permite a los besos
    la ternura de las elegías
    y el olor de la epidermis
    rimada con deliquio,
    porque ellos no son poetas,
    no conocen la vid verdadera
    ni los monstruos de la voz
    que canta e invoca,
    premedita y plasma
    la autenticidad de la glucosa».

    Rayos ultravioletas los consumen
    y sus cuerpos son espectros de ceniza.
    A flor de dientes y lengua vipirina,
    mascan sus maldiciones y blasfemias.
    ¡Son hijos de Mara, incrédulos
    del árbol que endulza las aguas!

    «En cada espacio de vértebra,
    dáles la perfecta rima
    para la canción del genoma!
    Húndelos en el pozo viscoso
    de tu amarillo linfa, mánalos
    como tocofenol vegetal de tus aceites
    para que no sean estériles ni magros
    y se multipliquen en el texto
    de Tu Sol nutricio; que beban
    la sangre de tus espinacas,
    caldo de tus legumbres
    y bebedizos de tus patatas cocidas
    en horno de elocuencia morfogénica».

    «¡Que aprendan a morder,
    sin dolor de encías y sin tedio,
    a los sabores de tus ácidos ascórbicos
    ya que en tí, señor de sonoridades,
    late la palabra furiosa,
    la denuncia y el colmillo conspirador!»

    4.

    ¡Tantas galas de violencia
    y no resisten hasta el tercer día
    estos hijos de Tritón,
    depresivos, asténicos,
    comegofios de arena!

    Dáles la biotina, versolari
    del Axis Mundi, suélvela
    en las aguas de Mara y que beban
    las riquezas de tus alacenas
    de vitamina H, chacra por chacra,
    del epistrófeo al sacro,
    del alfa a la omega.

    ¡Que se laman los bigotes,
    que olviden que tragaron polvo
    y bebieron orines de cobras
    y pitones; a fresas y a moras
    que les sepan las jetas
    a esos dueños de duras cervices!

    ¡Puebla sobre el poema
    de las aguas dulces tu sustancia rojiza!
    Combate a las crueles anemias del alma.
    Exilia la pelagra
    y establece el Reino del Consuelo
    con ácido fólico que te sobre
    porque hay torrentes sanguíneos
    en desgracia y parturientas
    con úteros rotos
    y alambiques de tibias doncellas
    que mueren en mañerías
    con hombres engañosos
    y hembras que no hayan ligamen
    ni atadura porque no saben
    salmos en madremontes
    ni canciones para el fuego de la leña.

    5.

    Estas cosas dijo el Vitoco,
    mesías sin mentira y cantor
    de panderos y danzas,
    al echar árbol a las aguas amargas
    y endulzar la vida de la arena.

    ¡Treinta vitaminas que Funk
    ni imaginó, desde ese día,
    reconstruyeron al pueblo de Tritón
    y a las bocas que comen leudo
    en los días de santa convocación!

    Bendito fue el durazno y el ciruelo,
    el cerezo y el higo, vitaminadas
    fueron, por causa de beber,
    del agua dulce de algún texto,
    las naciones y el que les dio ordenanza
    y probó con agua amarga
    y la Venus del espejo
    y la Venus del pomo
    y el odioso livor que incensó
    a las hijas de Eurinoma
    y las enterró vivas
    por amar a los poetas
    de Apolos...

    9-7-1990 / «Tantralia»


    http://es.geocities.com/baudelaire1998/tantralia3.html

    http://es.geocities.com/baudelaire1998/tantralia2.html

    http://carlos92701.tripod.com/tantralia5.html
     
    #1
  2. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

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    Hay que ver como te enrollas amigoCarlos, es difícil leer todo de un tirón si se quiere saborear, a priori me parece un excelente trabajo sobre la Mención del Éxodo que nos presentas.
    Gusto en leerte...:::banana:::

    [​IMG]
     
    #2
  3. carlos lopez dzur

    carlos lopez dzur Poeta que considera el portal su segunda casa

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    El «Romance de Mara» iba a ser un librito. Me tomó más tiempo deshacer su extensión, quitar aquí y allá y desbrozar hasta reducirlo que escribirlo durante varios días, ya hace años. Pero al fin decidí que lo incluiré en «Tantralia» o tal vez en mi libro «Teth, mi serpiente»...

    ¿Observas que el mismo interés / o entretejidos temáticos o interpretativos / que hago con la mitología de la India / se hacen con textos griegos, hebreos / la Torá / e inclusive lo hispánico / mediterráneo / y mesoamericanos?

    Creo que debo reproducir un pensamiento que nunca pierdo de vista y lo tengo en un cartelito de mi oficina. Dice:

    «La poesía es un cortocircuito entre el sentido y los vocablos, una repentina regeneración de los mitos primarios... Entre nuestras ideas no hay una miga que no provenga de la mitología, aunque sea una mitología transfigurada, mutilada y transformada», Bruno Schulz, en su libro: «La mitificación de la realidad» (1936).

    Saludos, poeta Mariman.

    CARLOS
     
    #3

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