Los Cuarenta Rugientes

Los Cuarenta Rugientes

Esta fuerza sorprendente
que mueve mi mano
arrancándole la carne al tiempo,
haciendo manar
el flujo despiadado de las horas.
Este tronar constante
de las palabras en mi cabeza
es un mar más allá de los dos cabos,
donde grita en lo oscuro
la soledad de los témpanos.
Este ansia de repetición constante
y escupirle a la cara a Dios,
aferrados a nuestra mortalidad
y al fúnebre regocijo de los versos.


Enric

 

No te creas que me enteré muy bien ¡ pero me has hecho leerte mas de una vez,ja,ja,.Un abrazo amigo

 

que placer es leerte en esta tarde...muy bueno

 

Julia, mas que ansias son los embates de los versos contra las paredes de mi mundo. Hay que escribirlos o dejar paso a la locura, no crees?
Ah! Y muchas gracias por leerme y por dejar tu hueja en mis letras.

Un abrazo,
Enric

 

Me alegrao que hayan merecido mas de una lectura. Espero que te hayan gustado tambien (je, je)


Te retorno el abrazo envuelto en un beso,
Enric

 

No se si llamarlo bendicion o maleficio, pero los versos si no se escriben, cuando mueren, se convierten en amarguras.
Ojala todos los males inundaran de belleza el mundo.

Un abrazo,
Enric

 

Marianella,
Es siempre un placer ver que has paseado por mi paraje. Tus hueyas saben a miel y vino.

Te envio un gran beso,
Enric