Poema - Ascuas Palpitantes

Aserradas, parpadeantes las ascuas balsámicas. Zozobrantes de aura nítida y contraste. Perforan su experiencia ominosa en mi cara polinífera. Divertida sonríes aguardando desde tus territorios alambrados. Y tu consonancia incisiva pronuncia peculiar, a tu presencia de carisma. Qué es lo que dices? Te oigo, y me parece oír canción trémula sin palabras. Cual fiera invisible oculta tras presentación y obra. Preguntándome cómo palpan sus manos, me avecino y detengo después de ver su armamento punzante. Río y río, pues encontré a una dama especial. Humanidades exhuberantes aparecen desde las entrañas de la misma música. Gran boca ávida de saliva manante, vórtice carnal de deseo último. Viven los peñascos y precipicios. Lunas de ardor ceniza. De estrellas abrasadoras, rotatorias. Impasibles. Erigidos, icónicos, exhiben las vísceras con orgullosa exultancia al proferir gemidos de descarne crudo. Pirofílicos, danzan en los aires más turbios. Y miran la vida preciosa que degullen con gran placer. Melanina fuerte en aristas y corona. Pues así es: Negro. Muévanse hijos de la verdad, ya que la noche es encantadora, y sus formas torneadas alberga muy grácil. Que la fiesta se torne aviesa y salvaje, pues los furores ateridos buscan extremo anhelado. Increpante puedes ser. Filoso quizás. Con tus caninos salientes y discurso oxidado. Mas solo eres quien eres y haces lo que haces. Figuras vacías de necesidad quemante. Faces de foresta tras invierno y la nieve. Gritan a la tiniebla luchando, para combatirla y repelerla. Animal de umbra secreta. El amor carcome feroz tu torso sacro. Eres puro y tu alma pulsa al compás de la percusión perfecta.

Gotma. 2006​