Cuando nada engañe

Se mueren mis pasos,
a cada caída,
con cada sentencia,

nuevas ideas se escabullen sin dueño,
buscan la libertad de la que vienen,
porque todo pasado deja de existir,

vuelan las nubes,

¿serán átomos los retazos del alma?

consciencias materiales,
se entremezclan carnalmente,

como si el pensamiento
se pudiera degustar,

calmados los segundos,
muestran su cuello,

caerán eternidades,
juntas,
hacia la guadaña cercenadora,

la muerte se desvanecerá,

cuando no haya nadie
que la engañe.

 

Este poema reflexiona sobre la naturaleza efímera de la existencia, la fugacidad del pensamiento, y la relación entre la materia, el alma y la muerte. El yo poético se mueve entre lo tangible y lo intangible, lo filosófico y lo poético, tratando de comprender la impermanencia y el fin último de todas las cosas.


Saludos cordiales