Voz de gata.

Me resuena tu voz, me deja henchida
me llena de alegría y regocijo
y mi noche se llena en tu prolijo
arte de vocinglero que en mi anida.

A veces se resbala mi palabra,
se pierde en laberintos borrascosos
y pierde orientación por los acosos
de necesidad de tacto que me abra

y me desglose el verbo en sensaciones
y eso causa mi grito, voz de gata,
pero no soy, amor, ninguna ingrata.

Tu voz me colma el alma de atenciones
de artificio de verso que conmueve,
me libra de tristeza cruel y aleve.

Mi verso de ti bebe
el vino del amor que me sostiene
en estado febril frente a Selene.
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Sí, es una suerte contar con el, aunque sea en sueños. Gracias por leer y dejar tu agradable comentario. Un abrazo.