Los que se quedan

Hay amigos que vienen cuando el sol te alumbra,
y se van corriendo cuando llega la bruma.
Pero hay otros, contados, como joyas raras,
que se quedan contigo… aunque el alma sangra.

No todo el que te invita va contigo en la vida,
ni todo el que te ríe tiene el alma limpia.
Algunos te empujan hacia lo perdido,
y otros te levantan cuando estás caído.

Tené cuidado, hermano, con lo que elegís,
que hay risas que engañan y abrazos sin raíz.
No todo lo divertido es camino bueno,
y no todo lo oscuro es profundo y sincero.

Valorá al que te escucha sin juzgar tu historia,
al que no te deja cuando pasás por gloria.
Porque el amigo real no te lleva al abismo,
te mira a los ojos… y camina contigo.

A veces, por encajar, se traiciona el alma,
y se olvida el corazón lo que de verdad salva.
Pero nunca es tarde para abrir los ojos,
y rodearse de amigos que valgan oro.

Los verdaderos no te empujan a lo malo,
te cuidan, te frenan, te alientan, te alzan.
Y aunque sean pocos… si son sinceros,
son el mayor tesoro del universo entero.