Este amor incólume y atemporal.

Cuando las bocas se funden,
tu aliento es punzante y dulce
como un rosal en la tormenta.
Y al vislumbrar tu luz callada,
bordo mis sueños en tu fuego,
que es clamor de tu alborada:
caricia ardiente de sosiego,
errante en cielo encendido.
A tu aliento me entrego,
con el cuerpo estremecido,
la mirada fascinada
y el corazón enloquecido.
Bebiendo de tu llamarada,
quiero escribirte un relicario
con la ceniza de mi alma,
lanzada al viento milenario.
Al abrazarte cada noche,
tu luz en calma se derrama,
y danza al viento tu centella,
y besa sombras del camino,
el aire a tus pies suspira.
Y al despuntar la luz temprana,
nuestra piel es áureo resplandor;
crisol de este amor sin tiempo,
alquimia viva de luz y ardor.

Somos cielo sin promesas:
el sentimiento que aflora,
un pulso eterno en la penumbra,
dos estrellas que se funden
en los ojos de la aurora,
en la huella ardiente que deslumbra;
y a la soledad devora.

 

Gracias, Alde por tus comentarios.
Un abrazo.

 

Un bello poema, deja una grata sensación la lectura. Esa ceniza en el relicario, "y danza al viento tu centella", esto me pareció dulce y muy bello. Saludo cordial.

 

Buenísimo y extravagante!

 

Gracias, Carolina.
Un fuerte abrazo.

 

Gracias, emperador, por leer y comentar.
Un abrazo cordial.

 

Pasión
Un saludo

 

Pasión y sinceridad. Cosas importantes en toda relación.
Gracias por leer, DomineCabra.
Un abrazo cordial.

 

Tuve la grata impresión, del poema incesante de metáforas delicadas que se concatenan y nos dejan conmovidos: Hermoso sentimientos se aplican sin cesar.
Un saludo y mi agradecer por tu bello poema. Julius

 

Gracias, Julius 12, por leer y comentar.
Un abrazo cordial.