Kakashi el ninja relámpago

En la penumbra, un relámpago despierta,
silencio roto por su sombra alerta.
Ojos que arden, rojo fuego en la mirada,
el Sharingan recibido de su camarada
guardián de secretos, carga silenciada.
Su padre lo observa por la presión alertada.

El acero en su frente refleja su destino,
un legado marcado en su camino.
Konoha es su hogar lleno de amigos,
Naruto, Sasuke y Sakura son sus pupilos.
Brazo en guardia, firme ante el abismo,
la máscara oculta su heroísmo.
Pasos sin envidia, triste parte el vínculo,
las atadas brumas desaparecen en un suspiro.

Entre cenizas y hojas danzantes,
se alza el ninja, eterno y constante.
De las llamas surge su promesa,
proteger su aldea, alcanzando proezas.

Relámpago cortando la noche oscura,
la soledad su espada más pura.
En su postura, un mensaje se esconde:
la fuerza no cede, aunque el mundo se rompe,
en su ruptura que se alze el héroe
y que la pureza no tiente a un bucle de odio sin Norte.​