Siempre sentir

De un mundo muy lejano vienen
los colores de las rosas,
el calor de las féminas musas,
las obtusas circunferencias de los astros,

buscando
siempre un límite al cual atravesar,

y aquella montaña de estrellas,
implorando al unísono,
por un día más
en una realidad extasiada de existencia,

mientras se expande,
más insignificante es el pisar de un mortal,

ofuscamos a seres, para nosotros minúsculos,
admiraremos con consciencia,
a aquellos multiversos
entre manos de dioses,

entre ojos inconmensurables
que vuelven insignificante
cualquier semejanza de completa vastedad,

pues somos tan frágiles
como las hojas,

tan sensibles
como la lluvia,

tan únicos,
como motas de tiempo
en la ingravidez del espacio,

cuando no se puede caer ni ascender,
la mente colapsa
y engulle toda memoria,

que más real que la eternidad,
decía un muerto esperanzado,

demasiado fácil es implorarle a los dados,

difícil es el método que nos ha atado,
que a nuestros corazones ha sentenciado,

simpleza es vivir
acorde al sentir de los días,
al latir de las noches,

nunca mentir por temor,

siempre expresar por amor.