No todos los icebergs son asesinos

NO TODOS LOS ICEBERGS SON ASESINOS

¿Que fue de la balística poética
reducida a la exploración prosaica
de la génesis del fractal?

¿Que fue de la oreja inmaculada
ahíta ya de los sonidos sin eco
anteriores al big-bang?

¿Que fue del anochecer
anterior a todos los goces
y sus lámparas de Murano?


¿Que fue, insisto, de aquellos
violines de Ingres que en las sobremesas
de plácidas mesas-camillas
se orientaban hacia el sur
para exhibir sus caderas?

Taimadas las horas y los minutos
han perforado alevosos
los tímpanos de las estatuas de piedra

Vendedores de barquillos
sin licencia municipal
bailan sobre los parterres
mientras los niños aúllan
pidiendo las tetas nutricias.

Eran tiempos de pre-guerra
y las nubes otoñales
se teñían con los más ardientes rojos
arreboles precursores
del hundimiento del Titanic

Pero…
No todos los icebergs son asesinos
en algunos renacen ya
amapolas y praderas para verbenas.

 

Elocuentes reflexiones.

Saludos

 

Gracias, Alde, por tu fidelidad a mi presencia. Un abrazo,
miguel

 

Hola, Laly, querida compañera: Todavía emocionado por tus halagadoras palabras quiero agradecerte ese, para mí, inusual entusiasmo que con ellas manifiestas. No es habitual en mi caso recibir comentarios como el tuyo. Te lo agradezco sinceramente. Y si me permites te sugiero una corrección: mi nombre es miguel, no Luis, como carñosamente me nombras. Pero no cambia en nada ni tu texto ni mi agradecimiento. Un cordial abrazo,
miguel