Reflexiones de hoy, de ayer, de siempre

Del intrincado bosque de la vida,
elige el caminante la vereda
que le muestre la luz de la salida
donde pierda su sombra la arboleda.

Cada paso que doy veo más claro
que el sueño es un amante clandestino,
refugio donde el alma busca amparo
ante la soledad de su destino.​

Han pasado los años, solo es eso.
¿Soy más sabia, más justa, más prudente?
¿He notado en mi ocaso algún progreso?
¿Me hacen los años acaso más valiente?

Absorta ante el horror de la violencia,
alzo un grito sonoro de impotencia.​

 

Estimado Jose, Tambien es un placer para mi tu visita y tu amable comentario.
Y la suerte de un abrazo con la pluma del alma. Otro para tí-
Isabel

 

Hay que soñar, buscar la luz y alcanzar la victoria.
Y por supuesto los años nos hacen más valientes y a la vez prudentes.
Hay que luchar por el amor para no tocar jamás la desgracia.

Saludos

 

Hola, Modest, muchas gracias, por detenerte a leer, por tu tiempo y por tu generoso comentario.
Un abrazo.
Isabel

 

Gracias por tu visita.
Totalmente de acuerdo, Alde. El amor debiera ser el que salve este mundo, pero por desgracia, poco amor se ve hoy en la humanidad.
Saludos, Alde.
Isabel

 

Qué bien pincelas el camino de la vida.
Siempre es un placer hacer un receso en tus reflexivos versos.

Feliz remate de semana.

 

Excelente soneto tipo inglés en el nos compartes profundas reflexiones, considero que las preguntas que nos presentas tienen una afirmativa respuesta, el cierre nos deja claramente convencidos de nuestra impotencia para cambiar el violento y destructivo comportamient del ser humano.

​

 

Mi muy querida Isabel: Sentirme comprendida por un alma semejante, es una bendición, eso siento con tus comentarios, esa empatia entre dos alma que parecemos latir al unísono, y comprendemos que a pesar de los años luchado por causas que creíamos justas, sentimos que los años se nos van y el viento como un huracán, arrancan de raíz los propósitos. Cuando intentamos recoger lo sembrado no queda nada...
Si, posiblemente, yo sienta que soy más sabia, pero esa sabiduria, me resta iniciativa, me resta esperanza. Ser consciente de lo poco que podemos hacer nos llena de frustración y de impotencia. Enfrentarse a eso me deja un vacío y me llena de preguntas de las que creía haber encontrado las respuestas, pero siguen ahí, como el dinosaurio de Monterroso.
Solo puedo agradecerte tu visita y tu hermoso comentario que una vez más me conforta.
Un fuerte abrazo con mucho cariño
Isabel

 

¡Cuanta razón, querido Ángel!Me alegra mucho que veas que, a pesar de que nuestros ojos se han acostumbrados a la oscuridad, sentimos que estrechamos lazos, y nuestras voces se oiran como una sola. Gracias por esta aquí.

Un fuerte abrazo
Isabel

 

¡Alfredo! gracia por tu lectura y tu exquisito comentario que incluye la letra de José Alfredo Jiménez.
Si, aveces creo que hay niños que parecen traer una sabiduría que les viene de no se sabe donde,y dejan a sus padres frases sensatas, impropias de su edad, sabiduría e inocencia se combinan, pero el tiempo y la experiencia se encargan de destruir.
Por suerte hasta el final de nuestras vidas estamos constantemente reaprendiendo. Se se alimenta de la esperanza.
Un abrazo con respeto y afecto.
Isabel

 

¡Hola, Iguazü! Qué bueno volver a tener tu visita y tu alentador comentario.Gracias compañero.
Feliz ...casi domingo

 

Mi querida Luciana, siempre es motivo de alegría encontrar tus letras, amables y generosas.
El gusto es mío, Luciana
Un abrazo grande,
Isabel

 

Estimado Marcos, expresas a la perfección el sentido del poema, lo que significa que lees con antención. Y eso siempre es muy grato y reconfortante. Gracias.
Un abrazo.

Isabel

 

Hola Bernardo, en primer lugar agradecerte tu presencia en este espacio. Tu respuesta es sensata. Efectivamente los años no nos hacen más valientes porque disminuyen nuestras capacidades, pero en cierto sentido sí. Hay miedos que desaparecen que ya no nos afectan, miedos que se quedaron atrás.
Pero el miedo a la muerte crece aunque sabemos que contra eso no hay remedio, la muerte vendrá tarde o temprano, irremediablemente.
Gracias por tu huella.
Un abrazo
Isabel

 

Mi muy querido y recordado epimeteo. Cuantas veces he pensado en tí sin atreverme a enviarte un mensaje.
No sabes la alegria que ha dado encontrarme con tus letras.
Todos somos aprendices de nada mi apreciado poeta- pintor,pero hay algo que nos hace especiales, el encuentro con otros seres que, sin conocerlos fisicamente, llegamos a tomarles un profundo afecto, y los extrañamos cuando se ausentan. Eso me sucede contigo. Qué alegria que estés aquí.
Recibe un fuerte abrazo de esta compañera que te añora.
Libélula (Isabel)

 

Hola Vicente, ¡Qué alegría me da tu presencia! y el estímulo que me brinda tu generosa huella, todo un lujo. Gracias.
Un abrazo
Isabel

 

Gracias por tu huella poeta