La mesita rota

Polvorienta, todo su ser descalzado,
sin porvenir ni destino,
de su vida, el ocaso;
no hay atisbos de esperanza,
integridad en pedazos;
el estilo perdido entre los trastos.

Con herramientas y estropajos,
el vendedor despojaba de miserias
el vidrio pintarrajeado.

"La llevo..." me escuché diciendo,
sin siquiera dudarlo.

Un soplo de compostura
le dio mi mano, en abundancia
de barnices y encolados.
De luminosos astros
se desprendió su brillo
y fue preciada joya
su resplandor y encanto...

 

Es un buen poema, le quedo muy bien, por que al final se reparo la mesita.
Saludos

 

A veces el ojo amante ve la joya en el pedazo de carbón. El borde pulido abreva en la mente del que sueña y nace de la mano viva y hacedora. Felicidades y gracias por compartir tu arte, Zulma. Saludos desde Buenos Aires.
Dani.

 

Me parece acertada tu observación, Jorge!
Muchas gracias!

 

Así es, Dani! Hermoso tu comentario... Vemos la joya que otros no ven y eso se logra sólo con los ojos del alma... Muchas gracias! Saludos para ti también desde Córdoba.

 

Muchas gracias, Maramin! Saludos...

 

Este bello poema, ciertamente nos enseña una gran lección existencial... y nos dice que para seguir subsistiendo en el día a día; uno tiene que realmente seguir en la lucha y al mismo tiempo siempre renovarse. Excelente argumentación, compañera Zulma.
Felicitaciones por ello.
Cordialmente:

 

Me encanta la interpretación que haces de mi poema, Ivan! Hermosa reflexión...
Muchas gracias! Saludos...