Pinchazo en la piel

Bullo de poemas cada noche-
Me brotan de las venas
como sangre de hiel que huye alada,
como pena en las sombras, congelada.

Bullo de poesía
(¡Sí pudiera evitarlo,
vida mía!)

Bullo de sílabas por las madrugadas
que escapan de algún modo a mi control
caprichosas, ciertas, viles, descaradas.

Y terminan por decir lo que yo no
Y terminan por ser lo que yo soy.

Se me van oraciones por los dedos
se me van, junto con los minutos horas días
que me quedan por vivir y que no sé.

Ay, palabras, bullo de palabras
a una lógica espacio-temporal enjaezadas
como cuentas de collar.

No digo más, ¿para qué...?
No digo más.

 

Así como se te escurren otras tantas caen en tus redes. Un abrazo, César.

 

No puedo escapar de la poesía. Va a terminar matándome, lo sé, como una brillante y exquisita enfermedad...

 

bullir en la poesía como cal en el agua. Porque no, dejar ir al fin lo que sea, como este poema que se escapo de sus manos. Por suerte !

 

Por suerte, sí.

Usted tiene razón: la poesía hace lo que le da la gana con nosotros...

Un abrazo cordial, mi compa, hasta donde quiera que se encuentre.

 

Muchas gracias amigo. Sus poemas son maravillosos. Yo ando por ahora de mañana, acá en mi casa, disfrutando del fresco.

 

Bueno que lo hayan dejado salir del geriátrico un rato... A mí estas condenadas monjas, nada y nada. Y ni siquiera viene la cecilia hoy. ¡Qué vaina!

 

Los super héroes tenemos cuartadas, el geriátrico es la mía. Ahora soy Poeticus y ninguna mujer se me resiste. ¡Señores,! cuiden a sus madres, a sus abuelas, a sus hijas mayores de edad, porque ando blandiendo versitos allí donde voy, y están advertidos. El que avisa no traiciona. La poesía es un arma cargada de futuro.

 

Ya sabía yo que algo se traïa el Gabriel Celaya cuando declaraba esos versos.

Pues nada. Que se cuiden. O no...

 

Me estoy cuidando. Ellas no sé. Gracias.

Las mujeres se arrepienten en mi cama.
Los calendarios las traicionan,
caen las estatuas que levanté en sus templos.

Luego el espejo,
mis manos,
mi boca de oscuridades quebrantables
bajan la cabeza.

Es cuando Atlas pierde el equilibrio.

de https://as-es.blogspot.com/search/label/José Chapa

puede creer que este chico tenia 16 años cuando escribió esto. Increíble.

 

Claro que puedo creer.

Estuve en su blog. Vi sus diamantes guardados allá. Más leo, más me convenzo de que la poesía nos emplea para decir su mensaje. Es así como un seminiño puede escribir poemas de hombre.

Felicito, no obstante, su esmerada atención a las formas aun siendo tan joven. Eso sí que es poco usual, al menos en mi país.