Palabras en silencio

Piensas que la pasión es incorrecta
y el amor de verdad, un descalabro,
que puedo equivocarme si apalabro
la eternidad contigo, aun imperfecta.

Se conmueven las piedras, mas no afecta
a tu latido abúlico y macabro
el temblor de la voz cuando me abro
y el alma entrego para ti, directa.

No juegas con la muerte. La reclamas
prohibiéndote gozar cada momento,
reprimiendo el deseo por quien amas.

Me asustan los silencios cuando enfrento
tu fingida tibieza con mis llamas
porque palabras son, mas sin aliento.

 

Hermoso soneto demandando amor al tibio amante. Un gusto leerte. Bienvenida. Luciana.

 

Hermoso soneto!

 

Gracias por la bienvenida, Luciana. Un gusto.

 

Gracias, Redman,

 

Bellísimo, estimada poetisa, nada deja más pesar que el cuerpo sin presencia y la palabra sin aliento. Lo disfruté muchísimo. Saludos

 

Profundo y bello este romántico soneto, la pasión y vehemencia puesta en cada verso enfatiza con arte y talento el lirismo que subyace en su entraña. Encantada de pasar y de dejarte mi humilde huella amiga Hildegarda. Besos.

 

Su poema me plantea una duda, señora Hildegarda, ¿habla usted consigo misma? A veces me parece un soliloquio, un desdoblamiento ante sus propios pensamientos que me resulta intrigante. Otros versos en cambio están dirigidos sin duda a otro ser, ¿quizás un ser superior?
Usted navega entre la pasión y el misticismo. Pero creo que eso ya lo sabe.
Reciba un cordial saludo.

 

Gracias, José Luis. Eres Muy amable.

 

Gracias por pasar por los versos y por esa huella afable.

 

Gracias. Leí poesía clásica durante mi tiempo de ocio y eso me llevó a interesarme por los tratados de métrica y las tesis sobre el tema. No diría que domino lo clásico, lo conozco y me parece, como un contrasentido a la semántica, moderno y ocurrente.

 

Gracias, Isabel. Bien, me gusta más conocimiento decía antes.

 

Gracias.
Estamos rodeados de amor y de pasión, aunque el mundo cotidiano confunde y engaña. El ser amado, Dios, uno mismo, un novio adolescente, todos provocan las mismas sensaciones al amante que no se sacia de amor. No comprendemos y divagamos sobre los significados de los silencios, de las derrotas, de la vida y la muerte. El misticismo comienza donde no llega el entendimiento y el amor es uno de esos misterios inexplicables.

 

Aquí, en este poema, si fueras terrenal te llamaría Ofelia.
Abrazo.

 

O Juana.