Los niños que no usaban cuentos

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Los niños que no usaban cuentos
visten hoy magias a cuadros
a juego con el áspero dragón de su niñez.

Cuando perdidos siguen el rastro de cuentos chinos
sin migas de vuelta atrás.

Y es que tan gato de piso ellos,
tan yetis de parque. Tan delfines
y leones tramoyistas (a jornada completa)
Ellos: tan duendes galliflojos,
tan conejos tuercenaipes, tan orcos picalunas.
Tan alérgicos al rock...

Alas secas de mariposa y huesos por libre
cuelgan en la pared de sus habitaciones secretas.

Un dos, tic tac, un dos, tic tac...

Sus latidos de percusión desfilan
al croar de ranas perennes
y desencantadas. Enanos grandes
tras manzanas tóxicas
hipotecadas al árbol de los ojos hundidos.

Y viven y mueren.
Y mueren y viven
al son de banderas impermeables al viento,
de reinos piramidales
o brujas herederas
de algún holding de escobas.

Los niños que no usaban cuentos cazan hoy
ballenas invisibles
con sus afilados corazones
de estalagmita inoxidable.

Y son ese pirata cojo
y desfasado detrás del espejo,

y tienen raptor-socios con la boca enorme
llena de colmillos desmontables

y siguen apostando por el latifundismo
especulativo de la calabaza feliz,

invirtiendo hasta el último céntimo de sus sueños
en la industria cárnica del unicornio.

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Siempre es un gusto leer sus creaciones realistas amigo. Saludos, que este bien poeta.

 

Muchas gracias, Daniel. Un abrazo amigo.

 

Buenas noches grande
Un gusto ver tus polecmicas l,etras, pero bellisimassssssssssssss
Un placer leerte
Un besazo

 

¡Y dale con polémicas! ... tú sí que eres polémica, jajja. Muchas gracias y un beso, compi.

 

Muchas gracias por tu visita y gran comentario. Un abrazo, compañero.

 

Gracias por vuestra lectura y likes, Grace, Marks, Rosmery y Medusa. Abrazos.

 

Muchas gracias, Osiris, y perdona la tardanza en agradecer tu comentario. Un cordial saludo, poeta.

 

Usted escribe bien Luis, este poema por ejemplo, tiene buenas ideas, son claras, sabe donde quiere llegar con ellas, es irónico en su mensaje, da placer cuando se lo lee. Lo invito con una cerveza capitalista desde mi ideario liberal. Sabe usted por donde anda Peter pan

 

El Peter se ha jubilado y se ha ido a vivir a Benidorm, anda todas las noches borracho y tirando los tejos a las guiris sesenteañeras
La cerveza siempre ha sido capitalista, como el bourbon, los comunistas beben (bueno, bebían) vodka a palo seco
Brindo con usted, Don Gus, me alegra que le gustara este viejo poema. Un abrazo compa.

 

Ya no tomo alcohol ya no fumo y ahora estoy a dieta para bajar de peso además estoy en mis últimos días de licencia por una cirugía de una hernia umbilical pero estoy pasandola muy bien mientras mi mujer me trae jugo de tomate a la cama ya ni siquiera hace falta escribir poemas porque las ia lo hacen por uno tampoco hace falta escribir con los dedos porque las máquinas estas pueden tomar dictado. Peter pan nunca me gustó como personaje, no sé si es un personaje de Disney pero Disney siempre me pareció terrorífico. Igual compañero Luis el escribir en foros todos estos días que he estado en mi casa Han sido muy divertidos. Así que si usted me lo permite seguiré leyendo sus poemas que tienen algo refrescante y auténtico y creo que nunca me había dado la oportunidad de conocer sus pensamientos y sus ideas en profundidad y he descubierto con mucho agrado que la mayoría o todos son valiosos para leerlos de forma atenta. Así que estimado Luis estaré humeando y comentando su hermosa poesía. Me despido de usted con gran satisfacción.

 

La primera vez que leí este poema estupendo me maravilló el uso el lenguaje, el tono girondiano de las primeras estrofas. Luego entendí que me estaba perdiendo de mucho si me quedaba solo con lo formal, y traté de ubicarme entre uno de dos bandos: los que crecieron con cuentos y los que no. No recuerdo si fue mi madre o mi abuela quien me contó la historia de El Turco. Era un gigante de un solo ojo que vivía solo en la cueva de una isla que también funcionaba como aprisco para sus ovejas. Un día atrapó a unos náufragos que entraron a su cueva, entre quienes se encontraba un rey guerrero inteligentísimo llamado... ¿Te suena? Ya recordé, fue mi madre. Nunca leyó la Odisea, menos la Ilíada, pero a mis hermanos y a mí nos contó esta historia que a ella se la había contado su abuela, analfabeta como la mayoría en esos entonces. Lo mismo ocurrió con otros cuentos, como el de la Caperucita roja, solo que ahí al lobo le abrían la panza, le sacaban a la abuela de ojos sin ictericia mal digerida gracias a su dispéptica longevidad, y lo rellenaban de ceniza. No se parecía a Disney. Tiempo después descubrí lo que era la tradición oral, esa forma de trasmisión de cultura que precedió a la escritura misma, probablemente. Y así Homero no tuvo que inventar casi nada, solo la cultura de Occidente y aprender a contar sílabas con vocales largas y cortas, ja, ja, como tus poetas favoritos. Se murió sin saber qué era un hexámetro o si él mismo había existido en realidad. Okay, ya me extendí en divagaciones. Pero de eso se trata: poemas que te hacen sentir lo que habrás de pensar. Yo no tolero al rock ni a los unicornios, son casi lo mismo. Me gustan los cuartetos de cuerda Bartok, los chistes macabros de E. A. Poe y los poemas de nuestra Wislawa. ¿Ves? Crecimos con cuentos chinos, pero nosotros la tenemos más grande... la lengua, no la muralla del lenguaje, obvio, ja, ja. Somos iguales, no digamos que es comunismo.