El tiempo

Incansable y voraz depredador
de trepidante avance despiadado
rosas y tiernas carnes han ajado
sus invisibles dientes con dolor.

Nadie destruye el innato temor
a ser por él alguna vez cazado
sin aliviado haber realizado
los anhelados sueños del amor.

Corre sin permitir atrás la vuelta
a quien es por sus fauces perseguido
ansioso de quererlo detener.

Y aunque a su endeble presa nunca suelta
en sus colmillos le trae el olvido
salado elixir para renacer.

 

El tiempo aliado del recuerdo nos trae retazos de memorias, algunas dulces, otras amargas, algunas alegres, otras tristes, pero no hay remembranza que no termine en las fauces del olvido. Lo expresas de manera hermosa en este poema existencial.
Y qué nos queda ya a los viejos
sino el tesoro del recuerdo...
Abrazos siderales desde mi pequeño rincón del mágico multiverso con mi corazón en la mano y mi sonrisa en tus veredas