Despedida en los médanos

Despedida en los médanos

Tan solo me voy con la brisa en la espalda
y la extraña lluvia azotando la luna;
cansados los párpados, entre tibias arenas,
agitan anhelos más allá de la bruma.

Gravita el adiós en mi agreste desierto:
mi playa de sol que al caribe se asoma,
y en una ventisca contrariando mis pasos
se cuela en mi pecho como un ánima sola.

Los médanos cubren mi incipiente camino
como si pidieran que no olvide su estampa,
como si borraran todo, menos recuerdos,
o me recordaran con su sol que hay mañanas.

Tan pronto me alejo, vierte el cerro su sombra,
que se hace más grande cuando piso más lejos,
y el bendito cielo, en su claror sin nubes,
se desliza adrede en las voces del viento.

Su rumor arrulla la silueta viajera
del errante oculto refugiado en mi alma,
que despide triste sus apegos, su sangre,
y desdice fatuas esperanzas que vagan.

Llevo así en mi hombro mi mochila de sueños
y la mano abierta recogiendo las flores
en cada sendero que me aviente la vida,
porque en quien camina obraran bendiciones.​

...al cumplirse un año de aquel 20 de octubre de 2018
cuando salí de mi tierra en busca del futuro que nos arrebataron.​

 

Muy emotivo tu poema estimado amigo y hermano. De alguna extraña manera me alegra volver a leerte. Mi abraso solidario hasta donde te encuentres. Viva Venezuela libre !!

 

Gracias amigo por estar cuando poco puedo estar aquí. Mi gratitud y mi estima está contigo, un abrazo. Viva Venezuela!!!

 

Gracias Maramin. por aportarme siempre aliento. Sí, este poema fue mi despedida poética forzada a mi península de Paraguaná, tierra de sol, playa, arenales y una gran brisa que nos ha arrullado como una madre a cada uno de los hijos de esa península hermosa, cuya puerta de salida son los médanos de Coro.

 

Belleza y profundidad emotiva que desahoga y vierte su luz esperanzadora querido amigo...
Un gusto leerte...espero te encuentres bien de salud tú y los tuyos...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Gracias, lástima que no haya sido así tocará hacer una segunda parte... Un abrazo tardío, demasiado tardío que es hasta nostálgico