Compañerita de banco

Compañerita de banco (Poema con mucho más que amor)

A esta chica la conozco.
Algo me suena en su mirada.
Algo así como un sonido de placenta,
un bollito rosa arrugado,
un arrorró de tres de la mañana.

Sin embargo, esta chica,
está sentada aquí ,a mi lado,
intentando, como yo,
escribir saberes en una hoja.

Sí, efectivamente, ella supo.
Supo renombrar los objetos de su entorno.
Los fidedos, los pototos, mamuelitapegajó.
Y ahora, según veo, sabe diferenciar,
a Popper de Khun, a Kepler de Newton.
Pronuncia perfectamente el inglés.

Algo me recorre la columna;
al verla, abrazarla, saludarla.
Al presentarme a quien le dice. Te amo.

Ah, que ha sido del Gallo Pinto,
el pintorcito rosa,
el rosal que la espera.

Como hacer, señorita...

No, esta palabra es demodé...
Mejor, mujer que he sembrado
en un vientre hace un tiempo.

Digo, como hacer, hija,
para recuperar el tiempo perdido.
Siete horas o siete años,
demasiado, demasiado, demasiado.

No, no me contestes.
Mejor concentrate en tu examen.
Hagamos de esta coincidencia,
un punto de inflexión,
desde la amargura al reencuentro.

Supongo que usted, vos, Luli
Estás aprendiendo las curvaturas del universo,
la envergadura de las pasiones humanas.
Y entiendas ahora, espero,
porque las promesas eternas,
suelen tener finales abruptos.

Es cierto, no te he dado más que pobreza.
sin embargo, puedo pedir,
no me niegues el candor de tus mejillas.

A mi hija, Camila.

2004

 

Compañerita y primera alumna de su padre profesor que la acompaña por sus primeros años. Saludos cordiales, Cris.

 

No, no fue así. De modo que te lo cuento. Ambos estabamos cursando el CBC (Ciclo Básico Común), el curso de ingreso de la UBA (Universidad Nacional de Buenos Aires). Ella para entrar a Farmacia y yo a Letras. La materia era Introducción al conocimiento científico y, oh casualidad, por el apellido nos tocó en el mismo aula. Yo pensé que se sentaría lejos pero tuvo la deferencia de sentarse en la misma mesa, fue en el pabellón III de la Ciudad Universitaria, de modo que eran las mesas de los estudiantes de arquitectura. Hasta allí todo bien, salimos, nos saludamos y fue la última vez que la vi, año 2004.

 

Esa dedicatoria me llevó por otro terreno. Ok, gracias por la aclaración.

 

Precioso!! Una sensibilidad de oro en tus letras, Cris. Tu hija hace que te desgranes en versos de amor. Lo mejor para ti y tus hijos. Saludos.
Azalea.

 

Se puede amar a mucha gente pero nunca como a los hijos y menos cuando hace años que no ves.

 

Madrugada de imposible dormir y mi cerebro sigue sin desconectarse.

¿Lo leyó?
¿Te leyó?
¿Te lee?
Es mi curiosidad femenina poeta.
Siempre preguntándose.
¿Qué pasó?
¡Qué bonitas letras!

 

Menos mal. ¿o buenos mal siempre dudo? Porque mi verdadera letra, la que hago con la birome no la entiendo ni yo.

 

Buscando birome en mi diccionario....

 

Así la llamamos en Argentina porque la inventó un inmigrante nacido en Budapest, Lazlo Biro y la llamó birome. Para el resto del mundo es bolígrafo.