Imponente.-

IMPONENTE
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Me intimidan malignos
Las horas, el tiempo
En relojes y en ansias

Y el verdor abundante
Bullicioso e inquieto
En los espacios del día
Y de todas las tardes
Estos bosques humanos
Con sus tantas fragancias

Que en milagro tremendo
Se apellidan hermanos
Y en verdor de esperanza
Ellos ríen y sufren
Y sufren porque sufren
Porque quieren sufrir

Y también me intimidan
Esos bosques húmedos
Verdaderos del campo
Con el brazo cantando
O cuando el sol va a dormir

O cuando suda el viento
O bien llora o canta
Y canta porque canta
Porque quiere cantar

Y el bosque del campo
Donde el viento aburrido
Se va solo a silbar
Sufre porque sufre
No porque él quisiera
Si no que es como cualquiera
De esas mujeres violadas
Que van solas a parir

Me intimidan muy cierto
Porque son nuestra carne
Y los pulmones nuestros
Que van pronto a morir

¡Oh Señor, detén esto!
Pues yo creo Señor
Que hay mujeres y niños
Que aún no saben reír

Y también expectante
Me intimida tan vivo
El esquivo horizonte
De unas gentes sin nombre
Que afirman su estribo
En correr la distancia
Hacia un Pueblo perdido
En más grande distancia

Y que sin equipaje
Alista sus jarcias
A vivir o a vivir.​

Me intimida ese páramo
Tan azul de vivencias
De risas y viajes
De llantos salvajes
De celos muy negros
Sobre muchas ventanas
Y patios solariegos.

Me intimida este amor
Que ahí aparece
Cual maleza florece
Que va a ser una peste
Una negra pandemia

Cien mil bombas que estallan
Son aquellos amores
Que puedan apresarme
Y hacerme su esclavo
Y llevarme cual bestia
A matarme la vista
A ultimarme las ganas
De mirar muchos ojos
Muchos montes y playas

Me intimida pues se
Que el amor es cobarde
Es un monstruo cobarde
Que después que te hinca
Que hasta lames el polvo
Él se ríe a destajo

Pues luego a sus anchas
Y sin más trabajo
Así, sin más te abandona
Y te deja vacío
Y tu pecho extravío
De impotencia te duele
Te crepita y te arde.

Me intimida el aspecto
De esa vida ardorosa
Que de amores y odios
Cada día se expande.-

Si en amores que existen
Son tan grises sus noches
Grises sus mañanas
Invivibles sus días
Tormentosas sus tardes

¡Oh horizonte de hiel¡
Sembrado de abrojos
De limón y de azúcar
¡Que terrible, paróxico
y grande!

¡No me lleves Señor
A esos antros terribles!

Prefiero yo la apacible
Bucólica y hermosa
Estación de esta tierra
Con sus bellas historias
De sublimes amores
Inolvidables acciones
Más que amigas, hermanas
Más que socios, compadres
Más que esposos, amantes

Todo en éste paraíso
… Mi madre.-

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Intensidad vibrante en el recorrido sensible de tus versos amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Amigo Isaías un buen título para catalogar a tus versos, puede realmente son imponentes pues todos ellos dejan ese dulce sabor a buena poesía.
Un fuerte abrazo amigo.