Confesión marital.-

CONFESIÓN MARITAL
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Me siento pésimo, avergonzado
No se si salir a la calle
Temo que un perro atinado
Ferozmente me ladre

No puedo levantar la vista
Por mi congoja tremenda
El mundo se me vino encima
Y no le tengo las riendas

Camino tímido de noche
Me escondo de la luna
Y esa nube con su seño
Me provoca mucha angustia

Me contristaré por mi mal
Ante los altares de mármol
Mis rodillas echo a andar
Tristemente y raudo

Haré penitencia de monje
Voto de silencio sagrado
Comeré pan de dolores
Inmensamente apenado

Te dejé amor muchas noches
Traicioné mi pecho,
Tu lecho, mi lecho,
Por otro amor deseado.

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A veces actuamos sin pensar, por puro instinto, luego viene el
arrepentimiento, que a veces no es suficiente. Transmites ese
dolor en tus letras. Recibe un beso cariñoso que se apriete en
tus mejillas.

 

Para una emocional mujer, que vive en función del sentimiento y no de la razón y de la mecánica y experiencia de la vida. (Hay cosas que usted ahora no entiende, pero las entenderá después)., muchos arrepentimientos son insuficientes. Para Dios no hay arrepentimientos insuficientes, para una mujer si. Por fortuna inmensa de las almas, tenemos a Dios. Gracias vida.

 

Se siente el dolor en tus bellas letras, todo pasa y volverán días mejores amigo Isaías. Un abrazo. Paco.