Enamorada de la muerte

Anda,tontita.
Siéntate,
Aquí,
cerquita mío.
Agárrame la mano,
recuérdame que existo.
Cuéntame cada dedo,
como si fuera el primero.
Dime,
¿A qué has venido?
¿Me llevas contigo?
No respondas,
sólo dame tu frío abrazo.
Llévame en tu manto.
Calma mi sed
Embriaga mi llanto
Cura mi alma
Llévame a tu lado
Cierra mis párpados
Tuya siempre,
Hola muerte.



Hola,
Aldonza.
Te quiero,
pero no llegó tu hora.
Perdóname,
no te beso.

 

Menos mal, anda, anda, que la muerte no cura el alma, si acaso la descansa o no. Dicen que en el hombro izquierdo su espíritu cabalga, dando avisos de su llegada, con pequeños toques. ¿ Quién llama ?. Un abrazo cariñoso Aldonza.

 

Bella manera de relativizar lo inevitable, asumirlo es lo más aconsejable, yo soy muy vitalista pero me gusta tu poema porque es original y diferente. Abrazote vuela y vuela para ti amiga Aldonza. Paco.

 

Suelo llamarla
a menudo,
con frecuencia
es amable conmigo.
La llamo
La llamo
y ella ó él,
se sientan y ríen en mi presencia.
Ésta soy yo.
Cuerda y loca.
Entre vida y muerte.
Camino por una cuerda de trapecista .
Gracias poeta por tu paso y aliento.
Feliz poesia.

 

Valiente poeta,
Yo soy vitalista por las mañanas,
al mediodía me desinflo
y en las noches caigo en mil abismos.
Soy una ebullición de sentimientos incontrolables.
Soy una caída de ascensor estropeado.
Soy un desastre manejando mis emociones.
Soy experta en llorar y reír a un tiempo.
Por eso,
siempre digo que no soy buena compañía ni para mí misma.
Por eso,
me aislo aquí entre letras.
A cubierto de mis tormentas.
Porque la tristeza se pega
y yo estoy en cuarentena.
Gracias mil poeta.