Hasta siempre Jota

¡HASTA SIEMPRE JOTA!. ¿Cómo decirte adiós... ?


Mi gran amigo, mi dogo argentino,
blanco como la pureza, inmenso como su bondad,
fuerte como su nobleza, y de eterna lealtad.

Nos sorprendió tu marcha una mañana de invierno,
un 28 de diciembre, con un sol radiante, espectacular.
Una de esas mañanas perfectas en las que te gustaba pasear.

La madrugada anterior lo pasaste muy mal y nos fuimos a urgencias por prudencia. La doctora que te atendió te examinó con cariño y en las pruebas detectó una dolencia fatal. Un mal que otro doctor, hace tiempo, ignoramos por qué, si por desidia, dejadez, ignorancia,
¿Quién sabe? … no supo ver.

La doctora nos contó que ese mal tenía un desenlace inminente, un desenlace fatal. Y nosotros pobres incautos, nos quedamos aterrados, paralizados, sin saber reaccionar.

¡Qué impotencia!. y ¡Qué dolor! ¡Qué rabia e indignación!

Te aplicó un tratamiento para probar y nos citó para el día siguiente. Intentaba lograr un milagro…, sí, un milagro, pues ya otra cosa no se podía esperar.

Esa mañana antes de acudir a la cita, le pedí a tu niñita del alma que se despidiera de ti, y se despidió sin saber que eran sus últimos besos y abrazos… sin saber ... que ya no te volvería a ver.

Y esa triste mañana, Jara y yo, tuvimos que afrontar la dolorosa decisión, de tenerte que decir adiós…¿Cómo hacerlo, con qué fuerzas ..?
Te abrazamos con pasión, queríamos acompañarte en tu último sueño, y entre sollozos y lágrimas se nos rompió el corazón.

Alíviame de esta miserable culpa que me atormenta sin cesar.
No se, no se que pensar. El tiempo no remediaba tu mal, se agravaba. Solo tenía dos opciones y ninguna te hacía sanar.


Nos quedaba otro trago amargo que pasar,
a Iria se lo teníamos que contar. Y lo hicimos,
con un nudo en la garganta, disimulando nuestro pesar.

Iria quiso compartir con Ari la noticia de tu adiós.
Que te fuiste al cielo solo, sin correa y sin collar.
La niñita de tu alma pidió que del cielo te cayeras, que cayeras en sus brazos para poderte abrazar.
Si hubieras visto su pena y su congoja, te habrías dejado caer del cielo en ese instante en sus brazos de verdad.
Ariadna para consolarla le dijo, que allí solo no ibas a estar, que jugarías con Tifón, el perrito de su abuelo que en el cielo de los perros esperándote está.
Entonces Iria, abrazando a su amiguita miró al cielo, abrió los ojos como dos luceros y sonrió, … no sabemos si te vio.

Siete años tenías, siete años … no más, y te fuiste en silencio, no querías molestar.
Hasta en ese último trance que tuviste que pasar, tú nos diste la fuerza y el consuelo necesarios para poderte acompañar.

Ay! mi gran amigo, no quisiste que tu adiós nos doliera,
pero el dolor no se viene ni se va,
el dolor es el tributo que se entrega para poder pagar,
todo el amor que tu nos diste en esos años, de respeto y amistad.

JOTA, mi gran amigo, mi dogo argentino,
blanco como la pureza, inmenso como su bondad,
fuerte como su nobleza, y de eterna lealtad.

No lo olvides, aquí siempre nos tendrás.
En nuestro corazón habrá un lugar con tu nombre, que solo tú ocuparás.
Vendrán más, por supuesto, que crecerán con tu ejemplo, de bondad, nobleza y lealtad.

¡HASTA SIEMPRE JOTY, HASTA SIEMPRE!​

José Ignacio Ayuso.​

 

Hermoso homenaje al fiel compañero, guardián de nuestros sueños
saludos virtuales

 

Gracias peperosi, el 28 de diciembre pasado, mi hija y mi yerno tuvieron que llevarlo a sacrificar, tal como lo cuento. Era un fiel amigo que adoraba a mi nieta, Iria. Y por supuesto a mi hija Jara y a mi yerno Hugo. Mi hija tardó un tiempo en leer este poema, no podía. Hugo a día de hoy no lo ha hecho. No se si algún día podrá leerlo.
Pero bueno a "rey muerto, reina puesta", ahora tienen una perrita, como Jota, de otra raza, pero de esas mal llamadas "Razas Peligrosas".
Gracias por tu mensaje, un abrazo virtual.

 

Lo comprendo perfectamente, acabo de sufrir algo parecido con Pepón un montaña del Pirineo con solo tres años, acuerdate:
"Cuando más conozco a los hombres, más quiero a mis perro"

 

Bello canto de amor escrito desde lo más profundo del corazón, conmueven y emocionan tus letras amigo José Ignacio, larga vida a la amistad. Abrazote vuela. Paco.

 

Gracias peperosi, el 28 de diciembre pasado, mi hija y mi yerno tuvieron que llevarlo a sacrificar, tal como lo cuento. Era un fiel amigo que adoraba a mi nieta, Iria. Y por supuesto a mi hija Jara y a mi yerno Hugo. Mi hija tardó un tiempo en leer este poema, no podía. Hugo a día de hoy no lo ha hecho. No se si algún día podrá leerlo.
Pero bueno a "rey muerto, reina puesta", ahora tienen una perrita, como Jota, de otra raza, pero de esas mal llamadas "Razas Peligrosas".
Gracias por tu mensaje, un abrazo.

Lo siento, la verdad es que son los amigos más fieles, nunca te defraudan.
Un fuerte abrazo.

 

Muchas gracias Paco por tus palabras. Me puse en el lugar de mi hija y me salió del corazón. Yo también le tenía mucho cariño, era muy buen amigo. Abrazote. José I.

 

Hace poco más de un año pasé por algo parecido, una mastín de casi nueve años (la de la foto de mi avatar), ...fue buena hasta para morirse, nos evitó tener que sacrificarla... (no sé si hubiera sido capaz). La escribí un poema y te juro que aún hoy no puedo leerlo..

Quien no ha tenido y querido a un perro no creo pueda ser capaz de entenderlo...

Un abrazo, poeta.

 

Hola LIBRA8, siento que pasaras por esa penosa experiencia. Yo hace varios años se me murió una perrita con 13 años, lo pasamos muy mal, ahora tengo dos, también de raza pequeña, que ya tienen 8 años, y no te creas, muchas veces se me viene el recuerdo de Shira, y me imagino que de aquí a unos años vamos a tener que pasar por lo mismo. Y duele solo pensarlo.
Un fuerte abrazo.

 

Yo tengo uno de apenas cinco años, al que adoro. Cuando pienso en ese momento, me pongo mala solo de imaginarlo.
De leer tu historia tan triste me ha dado penilla. Ya sabes que soy fácil de entristecer .
Lo siento por Jota.
Un abrazo.

 

Gracias Eratalia por tus palabras. La verdad que se siente mucho cuando un amiguito, tan amiguito, se nos va. Es algo que no podemos remediar, lo que sí podemos hacer por él, es evitarle sufrimientos innecesarios. Cuando sucede eso te das cuenta que importante era para ti, y nos deja un vacío muy grande. Pero ya sabes el tiempo (¿infinito o inmortal?) nos ayuda a minimizar esa pena hasta que pasado el tiempo, por lo menos no nos duela.
Un beso Eratalaia y procura no pensar en ello antes de tiempo, te ahorrarás sufrimiento.