El gran Duque

Barquero de las sombras
barquero del olvido,
partirá quien tú nombras,
de noche, entredormido.

Gran aura del saber
barquero de las sombras,
enigma en rostro y ser
partirá quien tú nombras.

Odiado por diurnos
barquero del olvido,
por delitos nocturnos
de noche entredormido,

que aterrados presienten
barquero de las sombras,
sus temores no mienten
partirá quien tú nombras.

Barquero de las sombras
barquero del retiro,
partirá quien tú nombras,
de noche, de un suspiro.

 

Curiosas tus cuartetas en heptasílabos, tan sombrías. Interesante la idea de entremezclar versos en la repetición como has hecho. ¿Te refieres a Caronte?

abrazo
J.

 

Gracias compañero.
A Caronte lo tomé prestado, el poema es al buho real ( gran Duque es un sobrenombre muy conocido por aquí); apareció uno una noche, fijó sus inquisidores ojos ( y garras) sobre uno de mis halcones, y se acabó...
Cuando estaba enterrando a mi halcón pensé en el búho como un tenebroso barquero,el superdepredador de las sombras, incluso busqué dos monedas para sus ya velados ojos; me gusta la idea de pagar de algun modo material su viaje, por todo lo que me dieron.
Si, sombrías, y seguramente también un tanto rencorosamente sangrientas, te dejo unos versos en esa linia, dedicados a ese halcón, que salieron también en esos momentos de triste resignación. Saludos y gracias por pasarte por este rincón.

...Tapados los espejos del más negro cristal,
partiendo mi halcón lejos en vuelo sin igual,
y sombra de su vuelo ya dejo yo de ser;
Partiendo mi halcón lejos marcándole al barquero,
subiendo al alto cielo, ¡que atrás queda el cetrero!...
ni habrá ningún señuelo que arrastre su volver.

*marcar: cuando los halcones altanean "marcan" la posición del cetrero y, si se presta, de la presa, con planeos y tornos ralentizados y cerrados.

 

Interesante pajarraco ese búho. Por acá tenemos un primo, el Bubo virginianus, al que llamamos ñacurutú. Alguna vez he visto a un halcón marcando la presa. ¿Les pones nombre a tus halcones?

abrazo

 

Ante todo mi saludo cordial estimado poeta.
Es la primera vez que te leo. En tu bello poema inspirado en un barquero
veo que has usado la repetición que es una figura retórica de la poesía.
Siempre me han gustado las cuartetas. Ha sido un placer la lectura de tu poema.

 

Si, el virginiano es la versión americana de nuestro barquero nocturno, es menor en tamaño, pero también suficiente para ser el Rey de las sombras.
Pongo nombre a todos, por supuesto, aunque no respondan a él, como sí que lo hace un perro.

 

Muchas grácias, a mi me encantan las cuartetas, y si son simples y en un arte muy menor más todavía; Me producen como un agradable cosquilleo... que cosas, jajs.
Un saludo.