De un río que escuché (Romance doble)

Río de las aguas bravas
que vas ciñendo la tierra
en ese cañón que labras
sin oír ninguna queja.

Son tus pozas esmeraldas
con algas que el agua peina,
como cabelleras largas
de unas desnudas doncellas.

Con tu nacencia olvidada
tras el muro de la presa,
eras espumas malsanas,
eras corriente muy quieta.

Libérrimo ahora saltas,
recuperaste la esencia
de aquella cumbre que daba
un manantial en la piedra.

¡Sigue andando! Tu sonata
sea memoria de selva,
viva en tus aguas heladas
la trucha que a brincos juega.

Nunca te dará la espalda
la sombra del sauce fresca,
flotando serán sus ramas
las caricias que deseas.

Y podrás templar las ansias
del sediento que se acerca
que al recuperar la calma
agradecido se aleja.

¡Sientan tu fuerza las aspas!,
¡mueva tu brío la rueda!
y nota el olor a hogaza
que ha dejado la cosecha.

Ve corriendo que te llama
otro río y otra senda,
llega al final y descansa,
lleno de sal, en la arena.

¡Canta esa canción de agua,
esa que nunca está muerta!,
asomado a la baranda
habrá alguien que la entienda.

 

Muy agradecido, estimado Manuel, por este comentario con el que acompañas mis letras tan amablemente.
Recibe mi abrazo que te llega desde la amistad.
Salvador.

 

Muchas gracias, querido Luis, por acercarte conmigo a escuchar ese río deteniéndote en estas letras sobre las viertes tu amable comentario. Muchas gracias también por los buenos deseos.
Con mi abrazo fuerte, amigo.
Salva.

 

Hermoso poema donde plasmas tus sentimientos con belleza y armonía. Me ha encantado leerte. Un fuerte abrazo amigo.

 

Muchas gracias, amiga Paloma por cercarte a este espacio y dejar tu amable huella.
Con mi abrazo.
Salva.

 

Muy agradecido, admirado Felipe, por este paso por mis letras en las que dejas huella tan amable.
Con mi saludo muy cordial.
Salvador.

 

excelente romance... muy certero...
good luck!!

 

Agradecido, compañero Anthony, por el paso por este espacio dejando tu huella amable.
Con mi saludo cordial.

 

Este río es un río feliz, ha pasado de ser espuma malsana a ser libre, saltarín y claro... Justo al contrario de otros que yo conozco. Me alegro por él y por lo bien que ha sabido inspirarte este bello romance.
Abrazos.

 

Pues sí, querida amiga, es un río formado por la confluencia de otros tres que tuvo que encauzarse por las repetidas avenidas provocando que la vega del pueblo de mi familia quedase cubierta de lodo y ramaje arruinando las cosechas de regadío. Ahora, regulado su caudal, por las compuertas del pantano, fluye de una forma regular por un cauce limpio donde cangrejos de río y truchas viven protegidos. En sus recodos hay pozas donde nos bañábamos en sus aguas heladas y cristalinas, y donde las algas son, como digo, largas cabelleras verdes, y todo bajo la sombra de las mimbres que descansan sus ramas en la corriente y juncales y zarzamoras cuyo fruto es una delicia. En fin, como dices, un río feliz que acaba dando sus aguas al Guadalquivir para terminar en el Atlántico teniendo como ribera el Coto de Doñana.
Muchas gracias por acercarte y dejar tu siempre amable huella.
Un abrazo.
Salvador.

 

Idílico romance que me transportó un par de siglos en el tiempo.
Gracias por tu viaje.

Un abrazo navideño.

 

Un verdadero placer encontrarte en estas letras, querido Alfonso.
Muy agradecido por dejar tu amable huella.
Salvador.