el dìa en que el paramèdico salvo mi vida

son las tardes noches de septiembre
las mas húmedas
en esta zona de mi rostro siempre
las lagunas que desbordas
al decir cualquier palabra
las gotas de alegría que asomas
si camino sola por las calles en penumbra
y de casualidad me ves
con tus ojos de alma sin puerta
que siempre secos tienden a mirarme
quédate en donde estes
que no quiero con mi lluvia alegre ahogarme
con la emociòn de que ahì estès
y que tengas que de nuevo mla vida salvarme
bebiendo la alegrìa de mi gota a gota
hasta que feliz estès

 

Me gusta la fluídez que le das a tus versos y el sentimiento que se puede sentir de tu más profunda entraña. Ha sido un placer pasar y dejarte aplausos. Ps. en el verso 14 solo hay que arreglar una palabra. Abrazos.

 

Bonito poema, un grato momento en tu espacio, te dejo un saludo con afecto Edith.

 

Bello poema , un placer leerte
y disfrutar de tu poesia,un abrazo afectuoso, saludos poeta.