El Viejo Alquimista

Aquel viejo alquimista,de tez pálida y arrugada en severo semblante,manipulaba sus demoníacos artilugios hasta altas horas de la trasnochada madrugada.Como un iracundo mandril se afanaba en trasmutar el vil plomo en dorada gema de aurora gloriosa.Pero sus intentos de herético cristiano no daban fruto.Así que decidió,berreando como un loco,salir,ya de mañana en espectral sol naciente,a la primera biblioteca que se ufanase de poseer los más antiguos y caros libros de magia negra.Tal era su desesperación de témpano de hielo,que se llevó uno de esos malhadados libros a su cuarto menguante.Se pasaba el muy vil proyectando contra su sombra cánticos obscuros que le propiciasen la realización y gloria de la Gran Obra.Pero no lo conseguía.Entonces,cuando picaron en un reloj de ébano las dos de la madrugada,lanzó el malhadado libro a la chimenea de ardiente fuego crepuscular,mientras él,el viejo y chiflado alquimista se cortaba las venas en busca de la redentora y loca noche de violácea muerte.

 

homo-adictus,el muy vil alquimista,impotente en transmutar plomo en oro,había recurrido a los libros de magia negra.Para saber si así,con la ayuda del demonio,le era propicio a su Gran Obra.Pero el muy mentecato metió la pata hasta el fondo y,cansado de gastar energías...enervado por la salvaje iracundia y hastío,decidió quitarse la vida.Atentamente Edouard.

 

joblam,ni que decir que en este escrito,critico subrepticiamente las artes magnas de los alquimistas.Sí,esos difuntos trasnochados que se pasan toda su puñetera vida intentando transmutar,sea química o espiritual,el vil plomo en oro de ardiente luz cegadora divina.Muchos,al fin cansados y agotados en un barrunto de desesperanza,se entregan finalmente a la magia negra.Lo que los hace aún más viles a los ojos del Señor.Al final,o acaban en su vejez con una penuria pesada y melancólica,o se suicidan,como el caso del que yo trato.Atentamente Edouard.

 

Pues sí,Celestino,hay que estar mal de la cabeza para derrochar durante toda una vida,las fuerzas inviolables que forman parte de nuestra propia naturaleza,para perseguir utopías como la Alquimia.Esta se sustenta en la idea de la purificación del Alma,mediante rituales abstrusos que acaban acorralando al propio neófito en una telaraña de sinsentido y amargura.Al final,como ya dije antes,acaban muchos en la senda obscura de la mano siniestra.Una especie de devoción al culto del Yo,con todas sus energías múltiples a las que los antiguos llamaban demonios.Atentamente Edouard.