Testigo mudo

Un círculo pigmentado

donde llegan todos;

para luego partir

sin dejar huella.


Testigo mudo de despechos,

alegrías y confidencias.

sobre ti, se vierten lágrimas,

sobre ti, se vierten risas.


Eres el muelle,

donde se ancla el vagabundo,

para dormitar su pena,

y aletargar su espíritu.


Desplegados sobre ti,

otros círculos,

alargados y transparentes,

con cristalino elixir que embriaga.


Remedio quizás

para matar las penas,

en el insólito pensar

de aquel desesperado.


Que intenta enmascarar la vida,

en un esfuerzo fallido;

para luego seguir,

rotando en el mismo circulo.

 

Los pesares quizás se duerman un rato pero luego,
la vida sigue su ruta y ese sentimiento se abraza y
persiste.
Un poema que lleva su buena dosis de tristeza amigo
poeta.
Un placer estar presente.

 

Muchas gracias Tarde gris, por detenerte en mis líneas y comentar. Un abrazo fraterno.

 

Luzyabsenta: Que pena esta respuesta tan tardía, pero es que no había leído tu maravilloso comentario;
por ello te presento mis disculpas. Un abrazo.

 

Y así estamos todos, dando vueltas en este círculo donde van y vienen
poemas de amor y tristeza.
Me ha encantado la forma en que defines una realidad presente.
¡Felicitaciones!

Un abrazo cordial, amigo José.

 

sentidas letras nos presenta, grato leerle

 

Notremaison y Marianne: Huy! que pena con ustedes, por esta respuesta tan tardía, a sus valiosos comentarios. Un abrazo perenne. Mayita.

 

Muy gentil maestro, gracias nuevamente.