Confesiones de una suicida

I​

Siempre vi el amor como sacrificio,
como la entrega fiel al ser amado
donde amarte a ti era lo más sagrado
y hacerte feliz se tornó mi vicio.


No me importaba nada siendo tuya,
tus gritos eran mi verdad y credo
y pensé que era bello sentir miedo
que por mi culpa el amor se destruya.


Hice todo por ti, por complacerte;
reprimí sueños, cedí a tus antojos,
te di mi amor, me diste tus enojos
y creí justo el precio por tenerte.


Caricias de dolor me daban calma,
y la pasión desbordaba maltrato
y un sentimiento necio e insensato
me obligaba a amarte con toda mi alma.


Sabiendo que eras de otra, te adoraba
porque confiaba que me mentirías
al decir que pronto la dejarías;
mas era imposible lo que esperaba.


Un juramento hicimos ante Dios:
“Nada ni nadie podrá separarnos”.
Me bastaba tan sólo con besarnos
para olvidar mi destino feroz.

I I​

Mas un día la prisión de cristal
en infierno se había convertido
y Cenicienta buscaba otro nido
donde albergar un amor sin final.


Entonces el encanto se rompió,
la Princesa de embrujos liberada
corrió por su vida desesperada
y su tormento de amor terminó. . .



(Julio 06 y 07 de 2015)​

 

me quedé con ganas de más, saludos

 

La divinidad del arte en la poesía emocionante, profunda, intensa, fantástico talento de enorme calidad.
Jorge Lemoine y Bosshardt, "Estrella Máxima" de Mundo Poesía.

 

hermoso poema

 

Indudablemente una triste realidad.