Porque no sufras, ¡Vacíate!

Cuando yo algún día muera
recuerda el mal que te hice
y así, con ello maldice
y olvida el bien que te hiciera.
Búscate cualquier manera
de evitarte sufrimiento;
que el amor es un tormento
cuando el otro ha de partir.
Evita siempre sufrir
olvidando el sentimiento.

 

¡Hombre, querido amigo, no sé yo si ese método dará resultado. Podría servir para una ruptura pero para una muerte...; ya sabes que cuando alguien muere la frase es ¡Ay qué bueno era! Si alguien consigue despedir con rencor a alguien que se va para siempre que me diga de que manera lo ha logrado.

Buena décima, amigo.

Abrazo.

 

Es una interesante propuesta sin duda. Mi alma es de esas que se aferran a lo bello. No sé si logre seguir tus consejos, pero este poema tuyo me deja reflexionando sin duda alguna. Hermosas palabras que enmarcan este interesante consejo. Te saludo con cariño.

 

Estimado amigo Juan: Si conseguimos que se nos odie, a pesar del "¡Ay que bueno era!" exteriorizado, en el interior subyace otro sentimiento el ¿por que no te marchaste antes?. Negar que existe el odio es como negar la vida misma o el amor. Se mata por ambas cosas.
Un fuerte abrazo, amigo

 

Estimada María, no es nada dificil para el ser humano odiar y desear la muerte. ¡Cuanto amor ha habido en parejas transformado en odio y muerte! Aquí en mi país las estadísticas a bruman. La muerte es la última extensión del odio. Si me odian no sufrirán mi marcha definitiva.
Gracias por tu visita y comentario

 

Efectivamente Maramín: fiel hasta mas allá de la muerte.
Gracias Maramín por dedicarme unos momentos de tu preciosa vida.