¡Libérate, febril angustia mía!

¡Libérate, febril angustia mía!
Desata la tortura que somete
mis ganas de decirle que respete
el fuego que deshace mi porfía.

¡Ayúdame conciencia, que cumplía
las ordenes de un alma que malmete
y quiere ser testigo del banquete
del ogro que devora mi energía!

Aleja los alientos del engaño
que quieran ser camino que me pierda,
en medio de desierto tan extraño.

¡Acógeme! ¡No dejes que me muerda,
la bicha que de antiguo trae el daño
y quiere desmenbrarme con su cuerda!

 

Eres de los poetas , que con tus versos mueves la humanidad de cada uno...tan reales, tan palpables.
Dibujas con tus letras, los asuntos del alma, como el mejor de los pintores...
Quien no ha tenido luchas internas que nos envenenan la paz...A veces hasta queremos salirnos de nuestros propios cuerpos, con deseos hasta de golpearlos...y comienza la guerra "yo versus yo".
Gracias por escribir en tus quebrantos, vividos, pasados, o imaginados...con todo , no dejas, no me dejas impasible.
Un abrazo, Manuel.

 

Un gusto pasar por acá y leer tu bella obra.

 

Gracias a ti por leerme Lirae. Siempre un placer, amiga. Un abrazo, Sandra.

 

El placer es mío, Rob. Un abrazo.

 

Bello y profundo poema.
Te felicito pues escribes muy bien.
Ha sido com siempre un gusto leerte.
Saludos cordiales..

 

Muchas gracias por tu paso y tus palabras, Lourdes. Saludos cordiales.

 

Me encato tu soneto! Muy bien trabajado. Un placer detenerme a leerlo! Bendiciones!

 

El placer es mío, siempre. Muchas gracias. Saludos y bendiciones.