Dama de nadie

Sí corazón, arde.
Si, quemate sí...arde,
hasta que el cuerpo vibre,
o se acabe el aire.

Abrasate y dime
tú que ya lo sabes;
¿se quemó contigo
la dama de nadie?

Se llevó sus cosas,
se llevó mi sangre,
me dejó la hoguera;
mi corazón arde.

Me llevé su fuego,
y se quemó mi aire.
Quedarán cenizas...
Cenizas de nadie.

 

Maravilloso simplemente maravilloso!

Mis respetos en un abrazo con estrellas,

 

Intensos versos, muy sentidos con un final melancólico. Un gusto pasar por tus versos.
Un abrazo y muchas bendiciones!!

 

Un hermoso poema,
de los que suelen dejarme sin palabras
y con sensación de haber leído algo de mucha calidad,
un saludo.

 

Un abrazo, Guadalupe. Un placer tu paso, muchas gracias.

 

Un placer, preciosa. Abrazos y bendiciones.

 

Muchas gracias Mary, muy amable. Saludos cordiales.

 

Bello y musical poema nos dejas.
Un gusto leerte. Saludos.

 

El placer es mío, Lourdes. Saludos amiga.

 

D. Manuel, me encantan los contrastes que utilizas en tan bello poema y el ejercicio de concretismo al decir tanto y tan admirablemente en tan pocas palabras....hermoso. Te mereces el excelente.

 

Gracias por tu visita y tu alentador comentario, pacosum. Un placer. Saludos.