No se lo atribuyo a él

Sólo estoy yo
y un vaso de whisky,
no se lo
atribuyo a alguien,
pero admito
que estoy
pensando en él

El fondo de
este vaso no
tiene el titulo
de nadie,
pero acepto
que extraño su piel

Este cigarro
entre mis labios
no es la añoranza
de alguien,
pero vano sería
decir que no
lo extraño

El letargo
de mi soledad
en la habitación
no se debe
a la perdida
de su compañía,
pero confieso...
que quisiera
tener su mano
junto a la mía.​

 

Un buen poema, aveces la soledad nos juega malas pasadas y el alcohol es nuestro único acompañante. Felicidades y esperemos que esa ausencia se disipe.

 

Y yo confieso que he disfrutado y mucho de tu poema ¡ genial !
Saludos compañera.