Pacto de sangre.

Desde este enorme presente
que se orea con la incoherencia
y el descrédito,
que se me ofrece turbio,
preñado de agujeros negros
inmensos y hambrientos.
Desde esta tormentosa tarde
que se esconde tras las contradicciones
de una ingrata estupidez
que, anulándome, me libera
para hacerme más lúcida, si cabe,
en mi asumida mentira actual.
Desde esta áspera espera
engendrada en la constante huida
hacia ilusiones inciertas, oscuras,
infames, inútiles...
Yo te propongo un espacio nuevo
donde la realidad no pueda atraparnos.

En un margen abierto en canal
sobre la superficie de mi alma,
te llevo, ¡mal que me pese!,
y de ti hago y deshago a capricho
para saciar los impulsos
de este corazón vencido:
no te busques en mis ojos,
pues te guardo tras un relucir opaco
que opongo a tu ilegítima ansiedad.
No quieras verte en quien de ti
ya nada tiene.
De tu pertinaz silencio,
ha nacido el eco que te perpetúa
en mí, a pesar de la distancia,
el ángel que te traiciona
redimiendo mi inconmensurable dolor
cuando te necesito:
que no eres tú, sino un milagro
tejido impunemente en la sed del amor.
Te tengo, a pesar de ti y de la vida,
prisionero de una ficción
que jamás podrás destruir:
por él, las nubes se abren
en medio de la tempestad
y el sol sonríe coronado por el cielo.

En este paraíso de hoy y de nunca,
quiero que pactemos el mutuo olvido
para matar la verdad:
sabes, cuando la angustia arrecia,
es hermoso tomar su mano
y escapar, de puntillas,
por la puerta trasera del jardín.

 

Desde este enorme presente
que se orea con la incoherencia
y el descrédito,
que se me ofrece turbio,
preñado de agujeros negros
inmensos y hambrientos.
Desde esta tormentosa tarde
que se esconde tras las contradicciones
de una ingrata estupidez
que, anulándome, me libera
para hacerme más lúcida, si cabe,
en mi asumida mentira actual.
Desde esta áspera espera
engendrada en la constante huida
hacia ilusiones inciertas, oscuras,
infames, inútiles...
Yo te propongo un espacio nuevo
donde la realidad no pueda atraparnos.

En un margen abierto en canal
sobre la superficie de mi alma,
te llevo, ¡mal que me pese!,
y de ti hago y deshago a capricho
para saciar los impulsos
de este corazón vencido:
no te busques en mis ojos,
pues te guardo tras un relucir opaco
que opongo a tu ilegítima ansiedad.
No quieras verte en quien de ti
ya nada tiene.
De tu pertinaz silencio,
ha nacido el eco que te perpetúa
en mí, a pesar de la distancia,
el ángel que te traiciona
redimiendo mi inconmensurable dolor
cuando te necesito:
que no eres tú, sino un milagro
tejido impunemente en la sed del amor.
Te tengo, a pesar de ti y de la vida,
prisionero de una ficción
que jamás podrás destruir:
por él, las nubes se abren
en medio de la tempestad
y el sol sonríe coronado por el cielo.

En este paraíso de hoy y de nunca,
quiero que pactemos el mutuo olvido
para matar la verdad:
sabes, cuando la angustia arrecia,
es hermoso tomar su mano
y escapar, de puntillas,
por la puerta trasera del jardín.


_________________________________

A veces, las palabras que querríamos decir, o las que van siendo dichas en fragmentos de cartas silenciosas, a veces... a veces esas conclusiones que son oleadas de un saber interno imposible de callar... ¡se vuelve Poesía! ¿Tendré que aclarar que éste es el caso?

Ay, María Amparo. Te leo cada tanto pero nunca, ¡nunca, mujer, es en vano!

Sangría de estrellas y un abrazo argentino.

 

buenas imagenes amiga nos dejaste.. lineas tan bien plasmadas.. saludos.

 

Un magnífico poema que llenas de un grandioso versar, cuando se termina de leer, son de estos poemas que te dejan algo dentro, un gusto especial... probablemente a buena poesía. Te felicito y dejo estrellas y un cariñoso beso.

 

A veces es doloroso amarse
y llega a ser incluso destructivo.
A veces, tras mucho tiempo luchando
es momento de decir adios
y dar la bienvenida a un nuevo día.
Pero sólo la fuerza que quede del corazón
puede decir si estáis preparados
para dar ese nuevo paso, o si por el contrario,
debéis seguir intentándolo.

Te deseo lo mejor.
Un abrazo.

 

Impactante poema, es como una especie de doloroso monologo, que atrapa de principio a fin.
Un beso.

 

Querida Ciela:
Nos encontramos de tanto en tanto, es cierto, y normalmente eres tú la que viene al encuentro de mis palabras y me premias con tu aliento sincero y constante. ¡Bendita seas, compañera! Besos mediterráneos y mi agradecimiento por tu atención.

 

Agradecida por tu atención y tus palabras, amigo Vidit.

 

Encantada de haberte conocido, Mª Carmen. Muchos besos y todo mi agradecimiento por tu atención, nueva amiga.

 

Querida Amartemisa:
Los caminos del amor son como los de la vida, inescrutables vericuetos que nos inquietan a cada instante. Creo que caminamos por ellos con los ojos vendados sin saber a ciencia cierta dónde se halla el precipicio. Es, por lo tanto, tan fácil despeñarse... Y entonces nace la poesía, eso es lo mejor de todo. Muchos besos, bonita.

 

Gracias, querido Raúl, por tu gentileza. Palabras como las tuyas ayudan a perseverar a quien prendiendo palabras en un papel se entrega sin saber nunca a quién ni en qué circunstancias. Por eso bendigo tus ojos y tu alma por haberlas acogido. Muchos besos.