La herencia de mi generación

De la náusea del pasado, no heredarán
mis nuevos hijos la mercancía homogeneizada,
la cultura de lerdos vástagos
de la historia torpe y mezquina.
Ellos serán sabrosamente dionisíacos.
Unos con el cosmos y la tierra.

Será nueva su gloria de caverna.
Devolverá la gruta de dulces salvajes, luchadores,
con el río de las muchachas atroces, cálidas,
maternales, uterinas, a su lado.

Juntos recobrarán
las voces y los pájaros
en la mañana venidera.

El sol y la negrura están pariendo
y en las rodillas se raja el ferroníquil
y el gneis dispara más palabras
que las que jamás he hablado.
Les daré nuevos cuerpos, ropas blancas.

Me arrastra la gravedad consigo
hasta el colmo de un dios escarabajo
para que se abra mi corazón desde lo oscuro
como una granada iluminada,
que pausa dolor y angustia
y ahora exije su porvenir,
barca de gloria, destino.

4-4-1977

http://ocnaranja.blogspot.com/2008/06/el-fracaso-de-la-poltica-anti-drogas.html

 

Profesor, la verdad, me parecia muy sentido su escrtio.. triste. Un abrazo.

 

Saludos, reltih. Gusto de verte pasar de nuevo, un abrazo,
carlos

 

Quiera Dios que de esa náusea pasada y presente, no hereden nuestros hijos. Quiera Dios que se dé más importancia a la buena cultura autóctona de nuestros pueblos y no a esa cultura deformante que acaba con los valores. !Quiera Dios! Carlos; hermoso tu poema. Besos de Dilia.

 

Así sea, Dilia. Gracias por leer y comentar.
Un abrazo,
carlos

 

Bella canciòn de esperanza, actual, ya que en el 2008, leyendo tu poema, deseo lo mismo para mi hijo..para todos los hijos..
Un cordial saludo desde Mendoza.

 

Gracias, Mariela,
por leer, saludos,
carlos