Al niño

No creo que hayas dado muchos dolores de cabeza a tus padres, mi querida Rosmery, me hago una imagen por demás juiciosa, buena, alegre y que ayudaba a su mamá... La luz del hogar...
Un beso,
Eduardo.

 

Muchas gracias, querida Loida, sí, se vé que tienes buen ojo, porque los niños del avatar, son mis nietos Clarita y Rafael, y el que salta en el trampolín es él mismo. No dejes de pasar;
Un beso,
Eduardo.

 

sublime como el amor de madre y bellos como la inocencia de un niño
HERMOSO TIO EDU ME DIO GUSTO QUE MI NIÑA INTERIOR SE LO AGRADECE
BESOS

 

Eduardo, tan simple y sencillo como una conversación cotidiana de una madre con un niño, el arte es que quepa en un soneto y la maravilla es que quede de lujo. Tu has conseguido todo. Felicidades amigo mío, eres un genio, mis estrellas y mis calurosos aplausos, sin olvidar un fuerte abrazo.

 

Muchas gracias, querida Genesis, tú también debes haber sido una buena niña, se nota por el amor que demuestras a tus propios hijos...
Mi niño interior me lo dijo;
un beso, Eduardo.

 

Muchas gracias, estimado amigo, ¿No se te va la mano?, jajaja,
eres muy generoso con tus opiniones,
te mando un abrazo a tí y a tu numerosa familia;
cordialmente,
Eduardo.

 

Traes de la trivialidad esa visión interna del niño y la importancia de su juego. Etapa maravillosa que cuidamos como cuidamos que también haya disciplina.

 

Bien lo has dicho, querida E.R.A.,
lo que parece trivial,
como el juego, en los niños, no lo es tal
y lo que parece trivial al niño, será fundamental el resto de su vida
y lo marcará siempre;
muchas gracias por tu acertado comentario,
un abrazo,
Eduardo.