Del coraje y el hacha.

¿Cómo será la antesala?
¿Se escuchará al filo acallando quejas?
¿Los sueños decapitados rodando contra el suelo?
¿Será como irse desvistiendo en otoño?,
o
¿cómo darle temple al acero?

¿Recordará uno o una al entrar de decir:
perdón,
por favor,
gracias?
¿Se estará sentado allí esperando un turno
con su calzoncillo todo agujereado?
¿Sonriéndole tranquilizadoramente a alguna criatura,
que no tuvo la suerte de durar tanto como uno?

¿Habrá tiempo?
¿Se recordará la vieja casa?
¿La sombra en especial de algún árbol?
¿Se precisará un pañuelo?

¿Se preguntará uno para sus adentros:
¿supe dar?,
¿respondí cuando me tocaba?,
¿hice bien?
Estará uno discurriendo en todas estas cosas,
hasta que alguien le grite o le sacuda el hombro diciéndole:
¡Eh!, hijo de Juan y de María,
han cantado su nombre.

 

Para traducir tu manera de escribir la hare con gratos aplausos contigo nunca me queda que decir simplemente un honor leerte.

 

muy bien, es muy bueno tu poema, me ha gustado, muchas felicidades.

 

Nada. Nada de eso. Por las dudas conviene pensar que la antesala es muy breve y luego nada de nada. Así que a aprovechar lo que hay ahora, entre tanto.
Pero bueno, si después llega a haber algo... ¿no son encantadoras las sorpresas?
Fuerte abrazo Luis
Ricardín

 

¡¡Muy bueno!!
Para prevenir, hago mi antesala a diario, trato de decapitar diariamente cada ofensa que haga y de la que soy conciente. Pedir disculpas, tratar consideramente a todos, ser responsable del propio acto es preventivo y dulcifica al verdugo...
Excelente poema, amigo.
Eduardo.

 

Listo Ricardín...
Ahora me quedo tranquilo.

Cualquier cosa si vienen con el hacha, digo que hablé con vos.
¿Te puedo nombrar no?

JeJe-
Luis

 

Caray, ¿habrá siquiera antesala?...
Tal vez ni eso, lo que sí existe es el instante en que escribo y digo, bravo por este poema tuyo.
Mis estrellas todas y un gran abrazo para ti,:::gafas1:::