los que guardan el silencio

Entre los días,
y como la marea,
o como las olas,
o como cualquier cosa,
los momentos agonizan.
presos de nosotros mismos,
tiempo, problemas, anhelos.
y luego el olvido,
nos permitimos herrar el camino.

Los demonios aterrados,
porque los ángeles están
cada ves mas malos,
el cielo ya construye una
cede en el oscuro subterráneo.

Y tas el día:
el olvido,
ojos en las ventanas,
y en las veredas:
los mismos pasos,
las mismas hojas secas
de la memoria.
sobran argumentos
para guardar el aliento.

1 6…9
silencio…

 

Buen poema amigo.

 

Hey Ace!! hola! tenés razón sabés? Nuestros momentos agonizan entre problemas, malos humores, situaciones retorcidas y todo lo feo que nos habita. Y nos enfrentamos con los miedos, demonios, oscuridad hasta dar en el silencio, que a veces humilla, otras entristece, otras nos muere un poco y otras nos salva, nos fortalece, nos llena el alma.
Hoy mi silencio, está conmigo aunque no sé bien qué función cumple ajja, dp te cuento.
Tu poema es precioso, me hizo pensar, me gustó realmente así que te dejo un besito con estrellitas. Cuidate si?

Denn

 

gracias denn, despues me cuentas sobre tu silencio.
el silencio a veces es lo mas bello, es el mejor compañero de los momentos hermosos y felices, pero ante la adversidad, y los malos pensamientos, el silencio no debe reinar, enjendra sufrimiento y tristeza.
un beso amiga y gracias por leerme.

 

Jejejeje; que calidad de poema, muy sabio y muy filosÓfico a mi parecer

 

gracias amigo, el silencio es tan intrigante y presente.

 

Versos para reflexionar largo rato...amo al silencio...un gusto pasar a leer...sus estrellas...saludos cordiales...Mariela

 

Interesantes líneas Ace.

El silencio es un arte, tanto para cortejar, para respetar, para sugerir, para atacar incluso.

Gracias por compartir tu pensar.

 

Gracias, el silencio, sobran argumentos para guardar el alinto, sobre todo en momentos oscuros, cuando las palabras suelen ser presa de la hira y el despecho, el silencio es nuestro unico aliado, y nuestro puÑo, que baila en el papel de la memoria y del tiempo, como eterno complice de una vida en agonia, discreta y silenciosa.