El mismo puente.

Caminando por mi valle verde

alegre, risueña y sin complejos de amor,

pasar te vi por el puente amable

que un día nos unió a los dos.


Te cuento que al rió salté

que su corriente fresca me llevó

y, arrastrándome a brazos que no mienten

a sus entrañas me condenó.


Y tú, que ahí sigues, esperando

que mi valle verde de luto

se viste más veces,

creyendo que por ti vivo,

creyendo pertenecerte,

te apagas cada minuto,

revolviéndote en tu dolor

doliéndote hasta las sienes

que a mí ya no me tienes

y que a otros brazos me arrojaste

como lastre que sobra al agua,

como semilla que al azar se tira...


Semilla que aunque sola crece,

lo hace mas hermosa y fuerte

que aquellas que el segador plantó

con la conciencia de sus sienes.


Así estoy yo, viva, verde

eufórica sin ti, que solo esperas en el puente

volver a ver la corriente

que aquel día me llevó

y que nos separó para siempre.

 

Líneas llenas de añoranza, soledad y recuerdos.
Un gusto leerle, saludos.

 

Poema con gran cadencia con una tristeza que enfria cualquier corazon el mismo puente y unas letras diferentes que eran de luna que eran de caminar de recuerdos hermosas palabras bella melancolia Graciela un beso placer leerte.

 

se ve tristeza en cada línea de tu poesía, plasmas bien tus sentimientos

 

Espero que nunca más vuelvas a pasar por el mismo puente. un abrazo amiga.

 

son hermosas tus letras feliciades.

 

Nostalgia y bellas palabras, sentimientos que aún
no se han ido... hermoso escrito poeta, un placer
leerte, saludos, estrellas y abrazos para tí.

 

Muy bueno. Eso sucede cuando no nos valoran y nos arrojan a la corriente y en esas aguas muchas veces encontramos lo que se nos fue negado y luego viene el arrepentimiento tardío de quien nos arrojó a esas aguas y quiere rescatarnos, pero ya para qué? Hermoso poema.
Estrellas y un beso

 

Querida Graciela, encuentro a tu poema, muy bien redactado, con una belleza formal digna de elogio, con bellas asonancias y con una anécdota que calificaría de liberadora, llena de sinceridad.
Un abrazo,
edelabarra