Yo, el otro aquel

Bajo el ardor de un vino añejo,
se esconde el personaje,
se burla de cualquiera,
se mata si lo dejas, si te vas.


Camina solitario por la noche vacía,
el es un sentimiento,
el es mi verdad,
se refugia de ese viento,
que lo sumerge en su oscura realidad,
el es el incomprendido,
objeto de su obscenidad.

Se escuchan carcajadas, su voz esta encrispada,
su cielo esta amarillo, sus prosas son sus hijos,
sus luces son colores,
la amada muerte, su alegre libertad
y su sexo preferido (nunca correspondido),
es el de amar.

Penumbra entre silencios,
sus sueños van queriendo quererlo
y el se siente peter pan,
piensa que vuela, y en desvelos
cae en manos de sus noches solitarias,
se derrumba ante su propio altar.

Su verdad esta escondida,
su mentira es la mentira,
mas juzgada y mas temida,
un deshonesto corazón modesto,
pero cargado de pan.

Carilindo, de sonrisa enamorada,
sus ojos son mentiras endulzadas,
con el azúcar de la paz,
si lo besas, lo conoces,
si lo entiendes,
careces de humanidad.

El es un personaje,
de gabán y de traje,
sus manos grandes,
son abrazos incansables,
sus palabras son temblores,
que profesan sobre amores,
sus engaños son errores,
locos y pecaminosos sus dolores.


Si lo quieres, tu lo tienes,
a la mejor postora,
actriz o conductora,
doctora o ilusionista,
el ardor de los artistas,
si lo quieres, compralo
vale mas que mil palabras,
tiene mas que un corazón.