Ya no busques

Ya no busques más a Niña.
Se ha ido. No está más.
Niña mordió la manzana envenenada
de un amor fugaz,
y se fue con él, a la nada.
Niña era dulce.
Niña era tierna.
Niña era un volcán dormido
y su piel la hacía estallar.
La piel de aquel hombre de viento
que con sólo un roce de sus labios
su fuego hacía avivar.
Niña esperó.
Niña esperó mucho tiempo,
cerró sus ojos,
tapó sus oídos,
se puso a rezar,
a escribir,
a dibujar,
a tocar,
a cantar.
Y Niña fue niña feliz
mientras tuvo fe.
Pero el tiempo no perdona a nadie.
El tiempo es amigo sólo
del que lo sabe aprovechar,
y Niña esperó.
Niña esperó mucho tiempo.
Ya no la busque más.




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